El Baix, una trinchera de la batalla por Barcelona

Alberto Fernández, un histórico en la política municipal barcelonesa y actualmente portavoz del grupo popular tanto en el consistorio de la capital como en el AMB, cree el ‘cap i casal’ ha de actuar como el “epicentro de la Gran Barcelona”, además de destacar que la ciudad “no sería grande sin su área metropolitana”. También defiende que el AMB ha de avanzar para ser un “gran ayuntamiento metropolitano” y “no perder oportunidades”.

Ada Colau asegura tener “convicción metropolitana”, pese a reconocer que no pisa el territorio “tanto como quisiera”. Así lo hizo saber en una entrevista con esta publicación en marzo, en la que reivindicó la figura de Pasqual Maragall, al que definió como “el mejor alcalde de Barcelona” y un “pionero” en el ámbito metropolitano.

La actual alcaldesa de Barcelona y cabeza visible de los ‘comunes’ en Cataluña, considera que “en general” sí que es cierto que, en “cualquier centralidad” -como la que representa Barcelona- hay una tendencia a mirarse el ombligo y a la “arrogancia”. Sea como sea, su voluntad como presidenta del AMB es lanzar “un mensaje inequívoco de colaboración y cooperación” para poner en valor “los enormes activos metropolitanos” y que así, Barcelona sea “una hermana más que quiere cooperar” y que, “de ninguna manera”, quiere utilizar al territorio para llevar los residuos “como el patio de atrás”.

Colau pone énfasis en cuestiones como el problema de la vivienda, que afecta por igual a todos los municipios del territorio. “La vivienda es una cuestión estratégica que trabajamos con visión metropolitana sin que nadie renuncie a su soberanía local”, explica.

Una de las veces que pisó la comarca fue hace un par de años para inaugurar el primer congreso ‘El Baix Llobregat a debat’, donde aseguró que desde Barcelona tienen “mucho que aprender” de la comarca, “pionera en muchas políticas”, como la participación o el fomento de la cultura.

La candidata por el PDeCAT y exconsellera de Presidencia de la Generalitat, Neus Munté, negocia una lista de “suma y de unidad” independentista con el portavoz de la Crida Nacional per la República, Ferran Mascarell, y el líder de JxCat Jordi Sánchez, ahora en prisión, y el también encarcelado Joaquim Forn, exconseller de Interior. Unas negociaciones que, según fuentes de PDeCAT, pretenden neutralizar el acuerdo que el expresidente Carles Puigdemont negocia con la ANC para defenestrar a Munté.

Munté considera que “la nueva Barcelona de las oportunidades ha de tener en cuenta su entorno y compartir riqueza y conocimiento”. A la pregunta ¿a qué estaría dispuesta a renunciar si fuera alcaldesa de Barcelona para liderar el área metropolitana?, la candidata considera que renunciar a la presidencia de la AMB “no es lo más relevante”. En su opinión, es más importante “el cambio de actitud y una mayor compenetración entre los diversos diálogos que se establezcan metropolitanamente. “Si nos creemos la potencia metropolitana, hemos de ser capaces de hacer sacrificios; dejar de mirarnos el ombligo y que Barcelona acompañe al resto municipios, incluso siendo uno más de los 36 que integran el área metropolitana, y no 35 más Barcelona”. La candidata entiende que “lo que pasa en cualquier municipio es bueno para Barcelona”. Munté cree que “la estructura política y administrativa de la AMB es un instrumento más, que seguro es mejorable”, pero no se plantea que sea indispensable un cambio del liderazgo.

El ex primer ministro francés, Manuel Valls, es candidato a la alcaldía de Barcelona con el respaldo, de momento, de Ciudadanos. Se confiesa “hombre de izquierdas” que viene del socialismo francés republicano que “simplemente” quiere “recuperar el respeto que se merece la ciudad y la democracia”. Ha confesado a El Llobregat que la etapa que más disfrutó de la política fueron los once años que estuvo de alcalde de Évry, ciudad periférica del París metropolitano. Y por eso, asegura que su prioridad será el área metropolitana. Valls subraya que él es un ejemplo, junto a la alcaldesa de París, la gaditana Ana Hidalgo, del ascensor social europeo y dice no entender que a ciertos partidos de una ciudad generosa que acoge a inmigrantes y refugiados les resulte difícil aceptar que alguien nacido en el barrio barcelonés de Horta pueda optar a la alcaldía. En cuanto a su programa, cree necesario tener una visión general del urbanismo de Barcelona y del área metropolitana y volver a pensar en el diseño de la ciudad para decidir dónde construir vivienda social en los 36 municipios metropolitanos, lo que “requerirá diálogo con sus alcaldes y alcaldesas”.

El candidato cree que Barcelona y su área metropolitana “han de ser una solución al ‘procés’”, y defiende que la capital catalana vuelva a ser una metrópoli “abierta, ilusionada y europea”. Considera que el maragallismo “es nostalgia, porque no puede repetirse la historia”, y por eso el proyecto debe ser diferente desde un liderazgo fuerte que recupere la seguridad y el espacio público.

Ha sido el mismo presidente de ERC, Oriol Junqueras, encarcelado desde noviembre, quien ha propuesto a Ernest Maragall, actual conseller de Exteriores de la Generalitat, que lidere la formación republicana para ganar la alcaldía de Barcelona. El hermano de Pasqual Maragall, en boca de todos los candidatos, se presentará a las nuevas primarias del partido previstas para el 26 de octubre, después del paso atrás de Alfred Bosch, candidato a la alcaldía confirmado en primarias en marzo por el 87% de la militancia. No obstante, las bases de ERC están impulsando una candidatura alternativa que tiene al economista Xavier Martínez como líder visible. Estos movimientos se deben al malestar que ha generado en sectores del partido la retirada del candidato ganador de las primarias.

Sea como sea, Ernest Maragall se presenta con el aval de ser el hermano del que ahora todos consideran como el mejor alcalde que ha tenido Barcelona, Pasqual Maragall. “Querer ser alcalde de Barcelona es bastante serio; no querer serlo, imposible”, declaraba Ernest Maragall poco después de conocerse su intención de presentarse. Defiende una lista abierta a candidatos independientes para “maximizar votos”. Maragall ha lamentado un supuesto “mal humor” existente en Barcelona, la cual “no se explica hoy con ideas caducadas”, y asegura que “asumirá riesgos” para dialogar y negociar con todos los actores que haga falta. Habrá que ver cómo se traducirá esta voluntad a nivel metropolitano.

Jaume Collboni se postula como el heredero de la Barcelona metropolitana de Pasqual Maragall, 36 años después de su nombramiento como alcalde barcelonés precisamente en octubre de 1982, cuando Narcís Serra se fue a Madrid para ser vicepresidente del Gobierno de Felipe González.

Collboni defiende un proyecto de río a río, del Besós al Llobregat, pero quiere dar un paso más para darle más grosor, traspasando Collserola para integrar en el área metropolitana a los dos valleses, con Sabadell, Terrassa, Granollers, Parets, etcétera.

Convencido de que “el territorio no puede ser frontera”, considera que Barcelona es patrimonio y marca de todas las ciudades de su entorno y aspira a que las economías locales sean de escala interralacionadas, así como un desarrollo que debe ser metropolitano “o no será”, también en la creación de oportunidades y la distribución de la riqueza.

Pero Collboni eleva el discurso cuando desde abril anda proponiendo que el área metropolitana “debe recuperar la reivindicación frente al Estado y la Generalitat en materia de inversiones”, haciendo valer su peso político a través del Consejo de Alcaldes, que considera que debería tener un papel más importante para recuperar la iniciativa política.

En suma, sostiene la necesidad de un doble salto territorial -crecer hacia los dos valleses- y competencial para promocionar económicamente el área metropolitana.