L’Hospitalet y Sant Vicenç: con el peso de la tradición en sus hombros

Pese a que las crifras muestran que cada día hay menos personas que se declaran católicas, el peso de esta tradición sigue impregnando nuestras vidas. Y para muestra un botón: el calendario litúrgico marca, en gran parte, las celebraciones y los días festivos.

En este sentido, la Semana Santa, aunque a la práctica supone un desahogo que funciona como unas mini vacaciones a principios de año, sigue rigiéndose por el calendario religioso -más bien lunar, puesto que su ubicación la marca la primera luna llena de la primavera-. Una semana desprovista, en gran parte, de su significado inicial de recogimiento y compunción, pero en la que aún resisten expresiones de religiosidad tradicional en muchos puntos de Cataluña. En el caso del Baix Llobregat y L’Hospitalet, dos colectivos representan esta contumancia y resistencia de lo que Machado describió en su famosa La Saeta -y musicó Serrat más adelante-como “la fe de mis mayores”. Se trata de la Hermandad 15+1 de L’Hospitalet y las procesiones de Sant Vicenç dels Horts, protagonizadas por los ‘Armats’ y el ‘Auto Sacramental’, una costumbre que data del siglo XVI. Durante siete días, esta localidad vive intensamente la pasión, aglutinando las tradiciones catalanas más antiguas que se mezclan con las costumbres llegadas desde otros puntos de España. En concreto, la Semana Santa vicentina se condensa en cuatro actos que tienen lugar en cuatro días: el Auto Sacramental -Martes y Viernes Santo-, la Procesión de Penitencia o del silencio -el Viernes Santo-, la ‘Desfilada dels Armats’ -tradicionalmente días antes de comenzar la semana de pasión y luego el Martes y Viernes Santo- y el Viacrucis -el Viernes Santo-. También destaca la procesión del Jueves Santo, muy famosa por sus saetas y que organiza la Cofradía del Cristo de la Salud y la Virgen de la Soledad.

La 15+1: 40 años de añoranza
La Hermandad 15+1 nació hace poco más de 40 años en el barrio de Pubilla Casas de L’Hospitalet, fruto de la añoranza de la tierra y sus tradiciones en fechas tan señaladas por parte de un grupo de emigrantes andaluces y de otras regiones de España.

A menudo definidos como laicos, su presidenta, Judith Nevado, cuestiona en una conversación con El Llobregat dicha denominación. “Conceptualmente es imposible que seamos laicos, cuando representamos en la calle fe y religión”, argumenta, a la vez que recuerda que, pese a tener estatutos civiles como otras entidades, sus imágenes o pasos están bendecidos -aunque su relación con la iglesia ha tenido altibajos a lo largo de las ultimas cuatro décadas-. Cuarenta años después, la Semana Santa de esta cofradía se ha acabado convirtiendo en una referencia no solo en Cataluña, sino en el resto de España.

Un esfuerzo de todos
Una relevancia que supone a la vez una responsabilidad año tras año. Nevado explica que ya están trabajando “a tope” con los preparativos. Como novedades para este año, el tercero de Nevado como presidenta -es la primera mujer que se puso al frente de la hermandad-, destaca los arreglos realizados en el paso de la Virgen, concretamente en las parihuelas -que sirven para transportar a la imagen a cuestas- y las almohadillas de los costaleros. Acciones que se han podido llevar a cabo “con el esfuerzo de la gente de la entidad”. De hecho, Nevado destaca la importancia de la colaboración, como la que impulsan con la nueva hermandad de la Amargura, que procesiona en la Torrassa, también en L’Hospitalet, desde el año pasado.

Siguiendo esta línea, Nevado asegura que, lejos de ir a menos, cada año tienen la “suerte” de contar con nuevos socios.

La de L’Hospitalet no es la única Semana Santa -en este caso de inspiración andaluza- del territorio. Cornellà, Castelldefels o El Prat cuentan con hermandades que hacen estación de penitencia los días importantes como el Domingo de Ramos -con las diferentes salidas de ‘La Borriquita- y el Viernes y Sábado Santo.