La cascada desaparecida de Gaudí aterriza en Cornellà. La fuente que fue reconstruida en la Casa Vicens de Barcelona cuenta ahora con una reproducción en el jardín del Museu de les Aigües de Cornellà. Según explican desde la entidad cultural, se trata de una reproducción fidedigna y a escala real de la fuente que construyó el arquitecto catalán Antoni Gaudí en la famosa casa del barrio de Gràcia, en el que fue su primer gran proyecto en la capital catalana.
La inauguración tendrá lugar el Día Mundial del Agua con su apertura a todo el público. La reconstrucción de esta joya modernista se enmarca en el compromiso de la Fundació Agbar con el conocimiento y la divulgación del patrimonio del agua, según explica el director de dicha fundación, Eduard Pallejà: “Se ha iniciado un esfuerzo de recuperación de unas obras que enriquecerán los espacios del Museu de les Aigües, en un entorno que ya es por sí mismo historia viva con el legado centenario y modernista de la Central de Cornellà –obra del arquitecto modernista Amargós i Samaranch- y sus pozos de extracción”.
Por su parte, la directora del museo, Sònia Hernández, ha recalcado el “atractivo” de esta reconstrucción, dado que “recupera la obra perdida de Antoni Gaudí”.
La reproducción de la cascada formará parte del proyecto de condicionamiento, señalización e interpretación del jardín que el museo está trabajando con el objetivo de integrarlo en el contenido del recinto. De hecho, se espera que la de Gaudí sea la estrella de unas fuentes de interés patrimonial que se situarán al aire libre y dentro de un entorno ajardinado de estilo industrial de la década de los años 30.
Reproducción de la fuente
La reconstrucción de la cascada es fidedigna al original, porque mantiene las mismas dimensiones de cuando fue construida, y está realizada a partir de las mismas técnicas y materiales utilizados originalmente durante su proceso de construcción en el jardín de Casa Vicens. Hecha a partir de 27.000 ladrillos y 3.000 azulejos, la fuente tiene un arco parabólico sobre el que hay un paso interior. Encima de los dos pilares situados en cada extremo, están los depósitos que permiten que el agua brote, recreando los efectos naturales ideados por el arquitecto.
Los ladrillos utilizados se han fabricado artesanalmente, uno a uno, como se hacía en la época. En cuanto al proceso de construcción, no se ha añadido ningún tipo de refuerzo estructural, más allá de los ladrillos y el mortero originales. También se hizo una maqueta de paraboloides hiperbólicos, una especie de piloto a escala, para buscar soluciones estructurales de la parte más complicada y singular de la fuente. La construcción se ha llevado a cabo en seis meses.
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