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Torre Salvana es conocida en los ambientes esotéricos como el 'Castillo del Diablo', y es un auténtico punto de peregrinación de parapsicólogos y otros aventureros con ganas de toparse con lo desconocido.
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Torre Salvana es conocida en los ambientes esotéricos como el 'Castillo del Diablo', y es un auténtico punto de peregrinación de parapsicólogos y otros aventureros con ganas de toparse con lo desconocido. (Foto: El Llobregat)

Los fantasmas del Baix Llobregat

Por Francisco J. Rodríguez
jueves 03 de octubre de 2019, 22:51h
La comarca es una zona rica en leyendas e historias que quitarían el sueño a más de uno. Espectros, OVNIs, sanguinarios bandoleros, brujas y hasta Lucifer jalonan nuestro folklore.

  • L'Hospitalet apareció en prensa a finales de 1934 por un supuesto fenómeno poltergeist en el Torrent Gornal.

Comencemos explicando una historia truculenta. El guardián de un castillo se enamoró locamente de la princesa. La diferencia de clase hacía imposible su relación, así que el astuto guardián recurrió a unas brujas para camelarla y casarse con ella. Una vez fue rey, las hechiceras acudieron a buscar las riquezas que el ahora monarca les había prometido a cambio de sus sortilegios de amor, pero al no verse recompensadas asesinaron al mandatario. Aún hoy día, su alma atormentada deambula por las oscuras alcobas del castillo.

Muchos pensarán que esta es una leyenda del norte de la comarca o de los frondosos bosques del centro de la misma. Pero se equivocan. Esta historia de amor, magia y muerte pertenece al castillo de Cornellà, en plena área metropolitana. Y es que el cemento, pese a que ha cubierto lo más atávico de estos lares, no ha podido borrar del inconsciente estas tradiciones e historias. “El urbanismo se ha comido el territorio y ha determinado que no seamos una zona con abundancia de leyendas e historias, pero todavía hay memoria”, explica a esta publicación Ester Hachuel, del Centre d’Estudis Comarcals. Aquí repasaremos algunas de las más conocidas, algunos hechos insólitos acaecidos en nuestras ciudades y pasearemos por los rincones más misteriosos y lúgubres del Baix Llobregat, aquellos que han puesto los pelos de punta a sus vecinos a lo largo de los siglos y les han hecho soñar con caballeros, princesas, fantasmas, demonios, brujas e incluso extraterrestres.

Atracción por lo desconocido
El hecho de ser una comarca predominantemente metropolitana ha provocado que muchas de estas tradiciones o lugares relacionados con lo desconocido hayan quedado escondidos o directamente hayan desaparecido. De ellos solo suele quedar el recuerdo o ruinas. “Es lógico que sobre el patrimonio se generen historias y leyendas”, afirma Hachuel, que explica que cuando algo “es muy antiguo” y no lo conocemos, “hacemos volar la imaginación”. Pone como ejemplo Torre Salvana, en Santa Coloma de Cervelló, considerada por muchos como el lugar más encantado de Cataluña y que el boca a boca de supuestos sucesos paranormales allí acontecidos le ha valido el nombre del Castillo del Diablo. “Como está medio en ruinas es muy evocador y hace poner en marcha la imaginación”, relativiza Hachuel sobre un edificio cuya puerta forjada y atmósfera decadente no deja indiferente a nadie. Sea como sea, esta fortaleza es lugar de peregrinación de jóvenes en busca de emociones fuertes, grupos de investigación y otros curiosos que lo convierten en un auténtico creepypasta -historias virales para aterrorizar a diestro y siniestro- patrimonial.

“Las fuerzas telúricas de Montserrat”
Pero si hay un lugar del Baix Llobregat que se lleva la palma en cuanto a leyendas e historias misteriosas, ese es Montserrat. “Visualmente no pasa desapercibida, es una montaña increible”, reconoce Hachuel, que pone de relieve las “fuerzas telúricas especiales” que posee el macizo. La leyenda más conocida es la de la aparición de la Moreneta en la Santa Cova, en el año 880, tras la visión de unas luces que caían del cielo hacia la montaña. Días después, el rector de Olesa acompañó a los pastores que habían sido testigos de las luminarias hasta el lugar donde parecían haber caído, y allí encontraron la talla de la virgen, que les fue imposible trasladar debido al peso, cuenta la leyenda. Lo demás es de sobra conocido. Lo que quizá no lo es tanto es que cada día 11 de mes aficionados a la ufología se reúnen en conocida ‘explanada de los OVNIS’, en una de las faldas de la montaña, para según dicen “avistar” naves extraterrestres.

Himler, el Grial y un hosco Indiana Jones
No obstante, estos amantes de lo extraño no son los únicos que se han interesado por la montaña mágica. En 1940, mientras Franco se entrevistava en Hendaya con Hitler para decidir si España entraba en la Segunda Guerra Mundial de la mano de los nazis, el jefe de las temidas SS, Heinrich Himler, visitaba el monasterio de Montserrat. Y no precisamente para venerar a la Moreneta, sino para buscar el Santo Grial, convencido de que el Montsalvat del Parsifal de Wagner era realmente Montserrat. La visita del Reichsfürer no fue truncada por Indiana Jones, sino más bien por la actitud displicente del monje Andreu Ripoll, que excusó la ausencia del abad Escarré por no saber alemán. Finalmente, y tras alguna discusión con los monjes, el jerifalte teutón abandonó el monasterio sin la copa de la vida eterna.

El rastro del maligno en la comarca
No sería justo que Montserrat se llevara toda la atención en lo que a leyendas y sucesos misteriosos se refiere. Cierto es que protagoniza decenas de ellas -como la del Mansuet de las Coves de Salnitre de Collbató, que salvó de las tropas de Napoleón a la población que se había refugiado dentro simulando que se acercaba el terrible monstruo que vivía en su interior, ayudándose con una olla y el eco de la cavidad, o la que relata que la montaña esconde una puerta a otra dimensión- pero el folclore comarcal va mucho más allá.
A medida que se baja hacia el sur, encontramos la huella del maligno, concretamente en el Pont del Diable de Martorell, aquel en el que una anciana se la jugó al mismísimo Lucifer. Un elemento singular del patrimonio comarcal y un símbolo para Martorell, que celebra a su vera sus principales acontecimientos.

El siguiente protagonista no es el diablo, pero por sus crímenes bien se podría equiparar. Y en Sant Andreu de la Barca lo conocen bien. Estamos hablando de Josep Sàbat, alias ‘Capa Negra’, un bandolero que vivió a caballo de los siglos XVIII y XIX y que, como en muchas otras ocasiones, la visión romántica ha desvirtuado su macabra historia. Acusado de asesinar a 28 personas -él reconoció ante el juez que habían sido 29 crueles crímenes-, Sàbat fue ejecutado en Barcelona. Cuenta la historia que su cabeza fue expuesta en un cruce de caminos entre Sant Andreu de la Barca y Corbera, en el Coll de Fossalba, en el que años después se colocó la famosa Cruz de Sàbat. Cuando el viento sopla se puede escuchar un lamento que sirve para espantar a los más pequeños, pero que no es más que el efecto del aire pasando por el tubo de latón.

Cementerios con historia
Ya lo decía Espronceda en su mítico poema La Desesperación, cuando aludía a su gusto por “un cementerio de muertos bien relleno”. Y es que estos lugares en los que nuestro mundo y el otro lado se dan la mano han despertado tradicionalmente un interés especial en los seres humanos. En el Baix contamos con algún cementerio singular, como es el caso de Esplugues. A mediados del XIX, ante la epidemia de cólera que azotaba Barcelona y la recomendación de los médicos de separar los entierros de los núcleos habitados -rompiendo la tradición de inhumar a las difuntos cerca de una iglesia-, Esplugues construyó uno entre el actual instituto La Mayola y la nacional. El camposanto dejó de ser santo durante la Guerra Civil, cuando fue secularizado y su capilla pasó a ser una sala de autopsias. Tras la guerra, volvió a su uso original.

Y siguiendo con cementerios, Hachuel recuerda que las rocas contiguas a la iglesia románica de Santa Maria de Cervelló, enclave con importantes connotaciones telúricas, dieron cobijo a una necrópolis medieval. Actualmente no hay rastro de ningún ajuar que permita datar con precisión las tumbas, pero lo que sí que queda son los huecos antropomórficos donde fueron excavadas y que uno puede pasar fácilmente por alto -y por lo alto- al visitar el lugar.

Hablando de rocas con forma humana, La Palma es hogar del Aristot o Cara de Tabà, una formación geológica con forma de rostro en la que muchos han querido ver la faz de un guerrero. En este sentido, se ha especulado sobre su origen no natural, aludiendo a su orientación este -hacia la salida del Sol- o su alineación con el monasterio de Sant Ponç de Corbera, joya del románico situada en Cervelló. Aunque todo parece indicar, a falta de estudios concluyentes, de que se trata de una pareidolia -como cuando se identifican formas en las nubes, por ejemplo-.

Duendes en L’Hospitalet
Las historias de miedo no se limitan a un pasado lejano, generalmente medieval. En L’Hospitalet, de hecho, tuvo lugar un fenómeno aparentemente paranomal que ocupó varios titulares en prensa en el año 1934. El periodista de La Vanguardia desplazado allí se entrevistó con varios vecinos, que negaron haber presenciado apariciones. El plumilla incluso acudió a la casa abandonada en la que se suponía que sucedían los poltergeist, en el Torrent Gornal, donde constató el abandono de la misma. Un fenómeno este que hay que enmarcar en una oleada de denuncias y testimonios a lo largo del país de personas que aseguraron oir voces y “duendes” en sus casas. Paralelamente a este presunto fantasma hospitalense, el juzgado recibió una denuncia contra una vecina, Pilar Gómez, por supuestamente causar la muerte de animales domésticos “mediante exorcismos”, algo que la propia vecina rechazó.

El Baix, ¿tierra de brujas?
Una tradición, la de las brujas, a la que no es ajena el imaginario popular del Baix Llobregat. Se conocen y se han estudiado los procesos contra Blanca Bardiera, en el Sant Feliu de 1578 -que acabó sin condena contra esta campesina de origen occitano-, y otros en Sant Boi, Molins e incluso Sant Joan Despí, todos ellos en el siglo XIV. Esta tradición esotérica, común también a otros lugares de Europa, tiene su traducción contemporánea en ferias, generalmente comerciales. Un ejemplo es la Fira de Bruixes de octubre de la asociación de comerciantes Fem Martorell, o la Nit Esotèrica de Esplugues, organizada en primavera, además de atracciones como el restaurante Castillo de las Tinieblas de Gavà Mar, que cumple 21 años.

Al fin y al cabo, la superstición y el miedo a lo desconocido juegan un papel importante, aunque a veces la realidad y el azar se entestan en ponernos a prueba. Y es que en enero de 2009 tuvo lugar uno de los peores vendavales de la historia en Cataluña. En Santa Coloma, recuerda Hachuel, el viento huracanado derribó balconadas y decenas de pinos en la zona donde descansa el busto de Gaudí que, pese a lo aparatoso de lo sucedido, sobrevivió sin un rasguño. Suerte, sin duda, aunque curioso tratándose de un personaje que, por otro lado, también despierta interés en el ámbito esotérico. Pero eso es ya otra historia.

TerrorMolins: Molins embrujará al Baix con lo mejor del cine surrealista

La fascinación que ejercen en los serres humanos las cuestiones relacionadas con el terror, el misterio y todo aquello paranormal es inversamente proporcional al deseo de encontrarnos en alguna situación de esa guisa. Sin embargo, nos empecinamos en sumergirnos en estas cuestiones tenebrosas y macabras a través de la literatura, el arte o el cine.

En el Baix Llobregat hay tradición en este último ámbito. Cada otoño Molins de Rei se convierte en la meca del cine de terror, con permiso de Sitges, a través del TerrorMolins, un festival que año tras año hiela la sangre de la comarca con carteles con películas aterradoras e inquitantes. La edición de este año, la número 38, se celebrará entre el 8 y el 17 de noviembre y servirá de homenaje al cine surrealista de Buñuel y Dalí, que en 1929 crearon un icono intemporal, Un chien andalou -’Un perro andaluz’-, el cortometraje del ojo cortado que supuso un canto a “la libertad de expresión artística a partir de las posibilidades ilimitadas del surrealismo”, destacan los organizadores del festival. En este sentido, la jornada inaugural del TerrorMolins arrancará con un pase de este corto de 20 minutos, con música en directo. A partir de aquí, el festival viajará a través de las obras de David Lynch -con su Blue Velvet, cuya oreja intrigante forma parte del cartel del festival, al lado del ojo, la cuchilla y la mano llena de hormigas de Dalí-, Alejandro Jodorowsky, Andrzej Zulawski, Guy Maddin o Peter Strickland, entre otros.

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