La chica, vecina de L'Hospitalet, acudió al servicio de Salut Jove del Ayuntamiento para interrumpir el embarazo, pero la reforma de la ley que impulsó el PP en 2015 requería del permiso paterno.
La madre del bebé que se ahogó en el río Besòs tras ser arrojado por su padre en septiembre del año pasado habría acudido al servicio de Salut Jove del Ayuntamiento de L'Hospitalet, localidad en la que residía, para solicitar ayuda e interrumpir su embarazo. Así lo ha avanzado El Periódico, que ha explicado que la joven se dirigió a este servicio el pasado mes de marzo, estando embarazada de tres meses. Esta publicación se ha puesto en contacto con el consistorio hospitalense, desde donde han indicado que no pueden dar información de un caso que está bajo secreto de sumario y que concierne a menores. No obstante, no han confirmado ni desmentido la información avanzada por El Periódico.
Según relata el mismo medio de comunicación, la chica, de 16 años, habría pedido ayuda a este servicio, donde le habrían dicho que para interrumpir la gestación es necesario el permiso paterno. Con anterioridad a 2015, de acuerdo con la legislación aprobada en época del Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero, la joven podría haber abortado sin el beneplácito de los padres, pero el cambio normativo impulsado en 2015 por el ejecutivo de Mariano Rajoy estableció en el artículo dedicado a los requisitos para interrumpir el embarazo que era preciso el consentimiento de los progenitores para las jóvenes de 16 y 17 años.
Ante este requisito y no siendo capaz de contárselo a sus padres, la joven decidió tener al bebé en una habitación de una pensión de L'Hospitalet en secreto, ayudada por su pareja. Tras el nacimiento, se desplazaron a la otra punta de la metrópolis, a Sant Adrià, donde él presuntamente arrojó el recién nacido al río Besòs, sin que ella, según las pesquisas de la policía, lo supiese.
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