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En estado de alarma por los mosquitos
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En estado de alarma por los mosquitos

viernes 03 de julio de 2020, 08:00h
Ni el confinamiento ha frenado la cruzada del Servei de Control de Mosquits del Baix Llobregat contra los reyes de la picadura estival. Se han duplicado los ‘tigres’ debibo a la falta de mantenimiento de las segundas residencias por las restricciones de movilidad.

Los mosquitos se frotan las patas. El récord de lluvias registrado el pasado mes de abril – con más de 200 litros por metro cuadrado de media en el Baix Llobregat y L’Hospitalet, cuando lo normal son 50-, las inusualmente copiosas precipitaciones de junio y el calor han sido un caldo de cultivo perfecto para que proliferaran las larvas en las zonas inundables del Delta del Llobregat. Los molestos insectos inherentes al verano se han topado con un aliado inesperado: las restricciones por pandemia, que han obstaculizado la cruzada contra esta plaga bíblica. Pero nada más.

“Se quería hacer un tratamiento de los espacios inundados del Delta con helicópteros, pero se ha hecho a pie o con vehículos terrestres, que es más dificultoso”, explica Carles Aranda, corresponsable del Servei de Control de Mosquits del Baix Llobregat (SCMBLL).

No hay que alarmarse. El mosquito común (Culex pipiens) -el menos agresivo de la familia- y el terrible Aedes Caspius -la bestia parda que se cría en las lagunas del Remolar (Viladecans), La Ricarda y Cal Tet (El Prat) e incluso en los humedales del aeropuerto- “se mantienen a raya”, asegura Aranda.

Pero con el terrible y fiero mosquito tigre (Aedes albopictus) -el único que ataca de día- no pinta tan bien como con sus primos noctámbulos. Aquí el escollo es que hay dos tipos de intervenciones: las públicas–limpieza de los imbornales donde cría (20% del total) - y las privadas, que corresponden a todo el que tenga en su jardín o terraza un recipiente con algo de agua (el otro 80% ). “Los mosquitos tigre son capaces de criar en un tapón de Coca-Cola”, advierte el doctor Mikel Bengoa, entomólogo de la empresa de fumigaciones Anticimex.

56.000 imbornales
La parte pública está cubierta. Roger Eritja, corresponsable del SCMBLL, asegura que se han tratado con gránulos larvicidas 56.000 imbornales en el Baix Llobregat, “más del doble que en otras ocasiones”.

Ahora la pelota está en el lado de los espacios privados o comunitarios en los que puede acampar el agresivo mosquito con rayas blancas. “En realidad se parece más a una cebra que a un tigre, pero se le denomina tigre porque ataca como un felino, se esconde en la begetación, acecha a su presa y cuando la tiene a tiro se lanza sobre ella”, explica Bengoa. Y hay trabajo pendiente. En los controles de trampas que realiza Anticimex se ha detectado “el doble de mosquitos tigre”.

El motivo de la proliferación de estos violentos de la picadura estival es que, si no se eliminan los puntos de cría, se reproducen a la velocidad del rayo y puden infestar un radio de 450 netros a su alrededor. Roger Eritja relata que, con el confinamiento, muchos propietarios no se han desplazado a sus segundas residencias, dejando desatendidas zonas de riesgo que con las fuertes lluvias se han convertido en fértiles criaderos de Aedes albopictus. “Eso no significa que este verano vaya a haber más mosquitos tigre. Si se actúa ahora no habrá, porque solo viven 15 días”, defiende. Las larvas necesitan otros cinco días más para eclosionar.

Por tanto, si se revisan una vez por semana los puntos con agua donde pueden desovar, se detiene la plaga. Pero no se erradica. “Se puede controlar al mosquito tigre, pero no se va a poder erradicar de ningún lugar de Europa Es imposible. En ningún lugar se ha conseguido”, lamenta el entomólogo de Anticimex. III

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