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PELIGRO DE EXTINCIÓN

Las playas del Baix Llobregat, en grave riesgo de desaparición a corto plazo
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Las playas del Baix Llobregat, en grave riesgo de desaparición a corto plazo

Las playas del El Prat, Viladecans, Gavà y Castelldefels están amenazadas. Uno de los principales activos turísticos, ecológicos e identitarios del Baix Llobregat podría tener fecha de caducidad sino se ponen medidas de inmediato.
Desde hace tres años las playas están en regresión y sufren continuas pérdidas de arena. Los estragos causados por el devastador temporal Gloria no han hecho sino acrecentar la alarma entre los expertos.
Entre 2004 y 2017, las playas del Baix se han mantenido estables e incluso han ganado la arena que ahora conforma las espectaculares dunas, por ejemplo, donde antes había una sórdida explanada. Juan Ramon Lucena, técnico de Medio Ambiente de Viladecans, explica que en las últimas dos décadas el litoral delimitado por el río Llobregat y las estribaciones costeras del Garraf ha mantenido “un equilibrio inestable, que ha permitido que se acumulara arena y se regenerarán las dunas”.
Lucena recuerda que desde que en 2004 cerraron los campings del litoral de Viladecans “en solo tres años las dunas alcanzaron un metro de altura (por la acumulación de arena), lo que permitió que se convirtieran en el actual espacio natural protegido, con su flora y su fauna específica, como el corriol camanegre”. Ahora este frágil ecosistema “está en regresión”, reconoce con preocupación el técnico
Los últimos datos de los que se dispone indican que solo la playa de Viladecans ha perdido 40.000 metros cúbicos de arena hasta el año 2019 sin que se hayan identificado del todo las causas. “No sabemos qué está pasando, pero el problema afecta de forma muy similar a toda la zona del Delta del Llobregat, desde El Prat hasta Gavà”, advierte Lucena.

Cierre en El Remolar y Cal Francès
La voracidad del Gloria -la tempestad que asoló España entre los días 19 y 21 del pasado mes de enero- se llevó completamente la playa del Remolar, de Viladecans, que este verano ha tenido que cerrarse completamente al público, igual que la de Cal Francès (en la zona de las Filipines).
Las fuertes tormentas de abril (un fenómeno poco habitual) pusieron la puntilla, porque impidieron que la arena arrancada por el mar regresara a la playa como ocurría todos los veranos de forma cíclica, con lo que al final “el balance entre pérdida y ganancia de arena era positivo”, destaca el técnico de Viladecans. La merma en la costa viladecanense es de tal dimensión que se duda que el año que viene puedan reabrirse a los bañistas tanto el Remolar como Cal Francès. “Las playas de Viladecans nunca habían sufrido una regresión así”, admite Lucena.
El temporal también ha dejado serias secuelas en las playas de Gavà-Mar que esta temporada estival han lucido menos arena de lo habitual, algo que saltaba rápidamente a la vista a sus usuarios, porque eran más estrechas que en años anteriores. Generalmente las playas de Gavà y de El Prat siempre resultaban más dañadas debido a su orientación, pero lo de este año no tiene precedentes cercanos.

Inestabilidad en Castelldefels
En Castelldefels la regresión casi no se nota -porque la playa es muy plana- pero también está ahí, agazapada y amenazante. Debido al Gloria y al temporal de abril, el mar penetró hasta el fondo de la playa, lo que ha hecho que la arena se cale de agua a poca profundidad y sea “más inestable”, subraya el técnico medioambiental.
De hecho, algunos chiringuitos costeros tuvieron problemas para poder instalarse al inicio de la temporada porque, aunque no se note de un simple vistazo, “la playa tiene una ligera pendiente descendente hacia la orilla, ya no es completamente plana”, lamenta Juan Ramón Lucena. El Prat también sufre un fenómeno similar pero menos intenso.
Los expertos vaticinan que, si el proceso de regresión del litoral del Baix “continúa acelerándose”, las consecuencias pueden ser dramáticas. Si la dinámica marina sigue así, si se repiten los temporales de primavera (seguramente como consecuencia del cambio climático), “se agotará la arena acumulada en la costa durante 20 años y las playas podrían llegar a desaparecer”. Si esto ocurriera el mar inundaría la privilegiada pineda de Viladecans, abatiría las dunas de Gavà y devoraría el ahora extenso arenal de Castelldefels.
Y anunciarlo no es hacer alarmismo. Todo lo contrario. Es más bien un aviso para navegantes. “Los cambios en las playas se están produciendo de forma muy acelerada la erosión va muy rápida. Se tiene que actuar ya”, reclama Lucena. III
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