Durante estos últimos meses, tanto los municipios del Baix Llobregat como L’Hospitalet han jugado un rol fundamental en la gestión de la pandemia del covid-19, especialmente en lo que se refiere a garantizar el bienestar de los vecinos y a minimizar los riesgos de contagio. Avalado por este buen hacer, el Ayuntamiento de Cornellà ha solicitado formalmente al Procicat que en la segunda fase de la nueva desescalada del coronavirus se ensanchen los cierres perimetrales de los fines de semana y se permita la movilidad interna entre los diferentes municipios del Área Metropolitana de Barcelona (AMB) “por su realidad social y de interconectividad entre las ciudades”.
El equipo de gobierno municipal de Cornellà ha calificado una buena noticia que se haya puesto en marcha un plan de apertura progresiva de las actividades, en vistas de “las afectaciones tan negativas” que han provocado en la economía (especialmente en los autónomos, comerciantes y pymes y en el sector de la restauración y la hostelería). De hecho, el propio alcalde de la ciudad, Antonio Balmón (PSC) -junto a otros 17 alcaldes de la comarca- que se pusiera fin al cerrojazo que estaba asfixiando al tejido comercial y económico de proximidad.
El Ayuntamiento de Cornellà ha llegado a la conclusión de que “la apertura progresiva de las actividades pueda conciliarse sin mucho esfuerzo si se permiten mayores espacios para el movimiento de los ciudadanos”, en especial en ciudades densamente pobladas como es el caso de Cornellà. Desde el municipio se ha recordado que el pasado mes de julio el Govern tuvo que dar marcha atrás y hacer caso a peticiones de los alcaldes, que son los que conocen las características del territorio, forzando a que se aplicaran las restricciones en base a las regiones metropolitanas de salud.
Si (
No(
