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Instrumental ‘made in Viladecans’ reduce al mínimo el coronavirus presente en el aire

Instrumental ‘made in Viladecans’ reduce al mínimo el coronavirus presente en el aire

viernes 04 de diciembre de 2020, 08:47h
Sigeen crea una sonda que mide la carga viríca ambiental y castiga al SARS CoV-2 con agua oxigenada pulverizada. LA avanzada tecnología ya está presente en equipamientos emblemáticos del BAix Llogreta como el centro comercial Splau.

La ciencia y la tecnología están dando decisivos pasos adelante en la lucha contra el covid-19 y haciendo descubrimientos que son claves, como la forma en la que se producen los contagios. En un principio se descartó, pero se ha comprobado que una de las maneras más fáciles de infectarse es a través de las partículas con restos de coronavirus que quedan suspendidas en el aire. Por eso fundamental mantener los espacios limpios y aireados. Y tener herramientas que no den tregua al SARS-CoV2 mientras permanece en el ambiente. Como la que crea Sigeen, una puntera empresa de Viladecans.

Tras meses de estudio, la compañía viladecanense ha creado un sistema formado por una sonda que monitoriza la carga vírica ambiental y unas lámparas que emiten peróxido de hidrógeno (agua oxigenada) que mantienen a los virus a raya. La tecnología es tan avanzada que permite que el agua oxigenada se pulverice desde los propios equipos de climatización del espacio que se quiere desinfectar y llegue a todos los rincones.

Durante las dos semanas que duró el proceso de experimentación, el pasado mes de julio, se probaron los primeros aparatos en las propias oficinas de la empresa. Los resultados fueron tan satisfactorios que en poco tiempo empezaron a comercializarse. De hecho, muchos espacios emblemáticos del Baix Llobregat -como las instalaciones de la empresa o el centro comercial Splau- ya disponen del efectivo sistema que aniquila al SARS-CoV-2 y al resto de patógenos suspendidos en el aire. El instrumental también ha empezado a instalarse en restaurantes y en oficinas de la comarca.

Sistema de ataque al virus

Juan Antonio Ramírez, director de proyectos de Sigeen, explica que desde que se desató la crisis del covid-19 “las empresas ya no buscan buenos filtros para purificar el aire en sus espacios, lo que piden directamente es un sistema que ataque al virus y lo elimine del ambiente”. Y la sonda y las lámparas de peróxido de hidrógeno actúan así, consiguiendo “que las personas puedan moverse por dependencias en las que el aire libre coronavirus mientras se sienten seguras”, destaca Ramírez.

La sonda de Sigeen controla la calidad del aire y su pureza porque monitoriza la presencia en el aire de las micropartículas PM2.5 que son las que el coronavirus utiliza para moverse. Entre estas partículas están los aerosoles o pequeñas gotículas que las personas infectadas por el virus expulsan por las vías respiratorias, al toser, al comer e incluso al hablar. Las PM2.5 son las más fáciles de transpirar y de transportar y, por lo tanto, también las que con más probabilidad podrán entrar en el organismo infectadas por el virus.

Monitorización

La monitorización permite detectar un aumento del coronavirus ambiental que automáticamente activa las lámparas que emiten agua oxigenada en baja concentración, un compuesto químico que numerosos y contrastados estudios han demostrado que es capaz de minimizar el coronavirus cuando todavía está en el aire.

La compañía Sigeen de Viladecans fue fundada en 1969 y desde sus inicios trabaja en servicios de instalaciones eléctricas, telecomunicaciones, redes informáticas, salas audiovisuales, grupos electrógenos y equipos de refrigeración. Abrumada, como todos, por la pandemia, la empresa ha decido plantarle cara al coronavirus y piensa “aprovechar toda la experiencia acumulada” y todos sus conocimientos en el sector para “buscar y encontrar remedios eficaces contra el covid-19”, confirma el director de proyectos

Para espacios cerrados

La innovación del instrumental anti SARS CoV-2 creado por Sigeen puede suponer toda una revolución. Por ahora todavía son pocos los espacios cerrados de uso público que disponen de un sistema de esterilización del aire que se respira similar a este. Pero si se generalizara su uso en todas partes no solo se podría decir adiós (por fin) a las mascarillas, sino que también sería una vuelta a la auténtica (y añorada) normalidad. III

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