La pandemia crea barreras adicionales para las personas con autismo

Pero, para las personas afectadas por trastornos del espectro del autismo (TEA), la situación puede ser particularmente desafiante, pues durante el último año han tenido que adaptarse constantemente a las nuevas reglas. Para ellas cada cambio significa estrés, y cada nueva situación debe ser nuevamente descifrada. La rutina ofrece seguridad a las personas con autismo. Dependen en gran medida de automatismos y hábitos, y eso ahora se está desmoronando.

De repente, ya no existe una separación clara y estricta entre el hogar y la escuela, o entre el hogar y el trabajo. Las personas con autismo necesitan confiar en que las cosas están claramente definidas y delimitadas: en la escuela se aprende, en el trabajo se desarrolla una actividad laboral, y en casa se hacen los deberes y se realizan actividades apropiadas para relajarse y dormir. Y esto, para niños, jóvenes y adultos afectados por TEA, es como un ancla que los mantiene agarrados a su rutina sin tener que preocuparse. Por el contrario, la falta de delimitación entre hogar, escuela o trabajo crea rápidamente frustración, lo que puede conducir a comportamientos resignados y retraídos. Y, en consecuencia, se destruye lo que ya se ha logrado.

Esta situación es particularmente estresante para los niños más pequeños. Pero también para sus padres, porque la lucha diaria es más grande de lo habitual, y esto les agota. Muchos padres y cuidadores están ahora cerca de su límite. Y obtener el soporte profesional del exterior es más difícil en este momento, ya que el contacto se mantiene al mínimo.

¿Y qué va a ocurrir con quienes están terminando ahora sus estudios y preparándose para salir al mercado laboral? Con frecuencia, las personas en el espectro autista suelen depender de que se les faciliten determinadas condiciones laborales.

Por supuesto, también hay excepciones, y algunas personas autistas son capaces de sobrellevar estos cambios bastante bien. Pero muchos otros lo van a tener difícil, por lo que temen por su futuro, preguntándose quién los contratará ahora. III