La reforma de la terminal principal del aeropuero barcelonés Josep Tarradellas ha requerido una inversión de 48 millones y con ella se han ganado cinco nuevas posiciones para aeronaves de vuelos transoceánicos que incorporan las medidas sanitarias para garantizar la seguridad de pasajeros y empleados
El dique sur de la terminal T1 del aeropuerto Josep Tarradellas de Barcelona-El Prat ha dejado atrás su periplo como núcleo de las operaciones de los vuelos regionales y se ha sumado a los fingers de grandes aviones de rutas transoceánicas una vez ejecutado el proyecto de reforma del sector. Las obras, que han costado al gestor aeroportuario AENA 48,2 millones de euros, han dividido el edificio en tres niveles para separar el flujo de pasajeros Schengen y No-Schengen. Además, el renovado espacio cumple a rajatabla con las medidas de seguridad para frenar la pandemia de covid-19.
Según fuentes de AENA, la actuación “contribuye a dar respuesta a las necesidades operativas del aeropuerto Josep Tarradellas y su consolidación de hub (conector) de vuelos intercontinentales” Los nuevos espacios incorporan todas las medidas sanitarias necesarias para garantizar la seguridad de pasajeros y empleados.
El nivel inferior del edificio de pasajeros del dique sur estará destinado a los v viajeros que utilicen vuelos nacionales y del espacio Schengen tanto de salida como de llegada. El nivel intermedio acogerá a los pasajeros de llegada de vuelos No-Schengen mientras que viajeros que tengan que tomar aviones hacia destinos No-Schengen embarcarán a través del nivel superior.
Para grandes aeronaves
La nueva configuración del dique sur permitirá la recuperación de las rutas de largo radio, así como a la consolidación del aeropuerto de Barcelona como el principal hub intercontinental del Mediterráneo, ya que este tipo de conexiones requieren la disponibilidad de un mayor número de puestos de estacionamiento y de puertas de embarque como las que se acaban de construir, adaptadas especialmente a los aviones de gran envergadura que habitualmente operan en estos trayectos.
La vocación de hub transoceánico del Aeropuerto Josep Tarradellas Barcelona-El Prat es clara. El número de conexiones con destinos intercontinentales se ha multiplicado por tres en los últimos 14 años, pasando de las 15 rutas de 2005, a las 30 de 2010 y a las 47 de 2019, cuando se alcanzó la cifra más elevada de conexiones intercontinentales a destinos de América, Asia, África y Oriente Medio.
Medidas de seguridad sanitaria
Las instalaciones del dique sur cuentan con todas las medidas sanitarias implantadas en el resto del aeropuerto. De este modo, los pasajeros dispondrán de gel hidroalcohólico en los principales puntos de paso, mamparas de separación en las puertas de embarque, señales indicadoras de distancia de seguridad o tecnología contactless en los servicios, entre otras medidas, con las que la instalación barcelonesa ha obtenido la certificación “Airport Health Accreditation” de Airport Council International (ACI) en seguridad sanitaria,
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