Enric Llorca deja la alcaldía de Sant Andreu de la Barca después de 26 años

El alcalde de Sant Andreu de la Barca, Enric Llorca (PSC), ha anunciado este viernes por la mañana que renuncia a la alcaldía de la ciudad después de 26 años de mandato. La decisión de Llorca, médico de profesión, se fundamente en “motivos personales”, en los que ha pesado mucho “la dura situación vivida durante la pandemia del covid-19” “Estos últimos dos años han sido muy accidentados”, ha explicado el primer edil. La renuncia formal a la vara de mando tendrá lugar en el pleno municipal del próximo día 29 de julio y el pleno de investidura del nuevo alcalde tendrá lugar el día 31 de julio.

Enric Llorca se presentó por primera vez a las elecciones municipales en 1995 encabezando la lista del PSC y desde entonces ha ganado siete elecciones municipales, las últimas hace solo dos años. El alcalde ha explicado que su principal objetivo durante estos últimos 26 años ha sido hacer de Sant Andreu una ciudad donde valiera la pena vivir “lejos de la ciudad dormitorio en la que corríamos el riesgo de convertirnos”, ha especificado.

Entre los logros políticos del alcalde destaca la creación de servicios de calidad, como por ejemplo las cuatro guarderías municipales, los equipamientos deportivos o un teatro de referencia. Otro de los pilares de la acción de gobierno de la ‘era Llorca’ ha sido el impulso y la defensa “de la cohesión social”, han destacado desde la alcaldía. “Durante los peores momentos de la crisis económica a ninguna familia de Sant Andreu se le cortó la luz, el agua ni el gas”, ha recordado Enric Llorca.

Soterramiento de las vías

Del largo y fructífero mandato de Llorca destaca especialmente el soterramiento de las vías de los Ferrocarriles de la Generalitat de Cataluña (el popular metro del Baix Llobregat) y la reconversión de la carretera N-2 en una vía urbana, aprovechando el estreno de la autovía A.2. Ambas infraestructuras” fragmentaban la ciudad y la dividían como una herida entre el norte y el sur”, han apuntado fuentes municipales.

Con la desaparición de las vías del carrilet, la ciudad ganó un espacio cívico y de paseo y la conversión de la nacional en un espacio cívico supuso la creación de un nuevo lugar de relación para las personas.