Agua bendita que exorciza al covid-19

El SARS-CoV-2 se ha convertido en el auténtico demonio de nuestro tiempo, así que no está de más combatirlo también con el agua bendita de las piletas en los costados de los pórticos, en el interior de las iglesias. El líquido sagrado seguro que por sí solo no cura el virus ni va a erradicarlo, pero bien dispensado puede frenar su transmisión, algo más mundano que milagroso, pero muy efectivo, que al final es de lo que se trata. En las parroquias de Viladecans, pioneras en estas lides, lo tienen claro: al covid-19 se le combate también en el interior de los templos. Por eso han sustituido el fluido lacustre que inundaba las pilas –con alto riesgo de contagio por contacto– por un dispensador del que brota, con algo menos de mística, pero con más seguridad, el aqua sacra para santiguarse al entrar en la Casa del Señor.

El covid-19 ha obligado a las empresas a adaptarse para poder convivir ante una pandemia que ha cambiado por completo algunos hábitos que la ciudadanía tenía. Las parroquias y el mundo religioso no son una excepción y algunas ya han tomado cartas en el asunto. La Conferencia Episcopal Española indicó a los párrocos en los días más duros de la pandemia que retiraran la pila con agua bendita de la entrada de los templos para evitar todo contacto de los fieles con el virus. Pero el precio a pagar era que nadie podía persignarse con los dedos mojados.

Y como la fe, y en este caso más que en ninguno, mueve montañas. las parroquias de Viladecans han sabido dar con la cuadratura del círculo de obedecer a la curia y a la vez permitir a sus feligreses santiguarse al entrar como reclamaban. Y ha sido gracias a que la divina providencia los ha puesto en contacto con la empresa española AquaSanctus, que ha reemplazado la pila convencional por un dispensador de agua bendita (parecido a los que ofrecen hidrogel en los accesos a comercios). Su devoción ha tenido una recompensa, pues se han convertido en las primeras iglesias del Baix Llobregat, y las segundas de Cataluña, en disponer de los asépticos dispensadores de agua bendita.

“El recibimiento de este proyecto está siendo un éxito entre los fieles”. afirma el portavoz de AquaSanctus, Javier Ruiz, quien añade que esta novedad ha rellenado un hueco que los feligreses echaban de menos: “Al final las personas creyentes tienen la costumbre de santiguarse cuando entran a la iglesia y hacer todo el procedimiento. Si no pueden hacerlo, ellos sentían que les faltaba algo”, reconoce Ruiz. El responsable de comunicación destaca que el proyecto no ha recibido ninguna ayuda externa ni subvención, sino que ha sido una iniciativa que se ha construido con presupuesto propio.

Javier Ruiz sostiene que los nuevos dispositivos han llegado para quedarse: “Sabemos perfectamente que, sin el covid-19, el proyecto no hubiera tenido futuro, pero el objetivo empresarial ahora es perpetuar en el tiempo los dispensadores” para tomen el relevo de las tradicionales pilas.

El portavoz avanza que la iniciativa, de alcance nacional, está “en plena expansión” y que se han marcado metas ambiciosas allende las fronteras españolas. Los dispensadores de AquaSanctus ya se ha instalado en lugares tan emblemáticos como el Santuario de Nuestra Señora del Rosario de la Virgen de Fátima, en Portugal, y en el Santuario de Nuestra Señora de Lourdes, en Francia. En España, el invento ha conquistado la Catedral de Valencia y la Basílica de la Virgen de los Desamparados de la ciudad, además de iglesias de localidades de Madrid, Toledo, Cuenca, Alicante o Castellón. III