El Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana ha aprobado provisionalmente el proyecto trazado para terminar la “prolongación de la autovía del Bajo Llobregat entre la Ronda Litoral y la autopista C-32”. Estas obras son una variante de la C-245, una infraestructura vital para la movilidad de los habitantes de Sant Boi y la comarca.
Esta problemática lleva casi 20 años en activo y supone un avance significativo en respuesta a la demanda histórica de los ciudadanos de Sant Boi. Cuando hablamos sobre esto, nos referimos a las obras inconclusas de la variante de la comarcal C-245, diseñada como una conexión directa entre la B10 y la C-32. Y es que, hasta ahora, los ciudadanos no podían evitar el farragoso paso por el Nudo del Llobregat ni el rodeo que ello supone.
Por tanto, el objetivo de este proyecto se basa en finalizar por completo las obras, parcialmente ejecutadas, que deben conectar el cinturón Litoral con la autopista C-32, mejorando de esta manera siete nudos viarios. Esta nueva conexión, conocida actualmente como una ‘variante’ de la C-245, se denominará finalmente como autovía B-25.
Este proyecto no solo beneficiará la conexión mencionada, sino que también terminará la vía del Centro Direccional en El Prat de Llobregat. Además, duplicará los carriles en la vía de conexión de las carreteras BV-2002 y BV-2005, de la Diputación de Barcelona, con el enlace 602 de la autovía A-2 a la altura de Sant Vicenç dels Horts.
La longitud de la nueva autovía B-25 será de 2,26 kilómetros y el proyecto incluye 1,3 kilómetros de un carril-bici de 3 metros de anchura. Con el propósito de terminar estas obras con éxito, las actuaciones proyectadas cuentan con un presupuesto de 45 millones de euros.
Finalmente, después de tantos años de peticiones, gracias a la ex-alcaldesa de Gavà y actual ministra de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez Jiménez, el proyecto de la C-245, ahora conocido como B-25, vuelve a tener luz verde.
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