Los hechos ocurrieron el 21 de septiembre de 2004, alrededor de las 9:30 de la mañana, cuando la víctima se disponía a comprar el periódico en un quiosco del Paseo Marítimo de Castelledefels. En ese preciso instante, un individuo intentó llevarse el coche de la víctima, lo que provocó que la víctima se aferrase al capó delantero del coche desde el que cayó golpeándose mortalmente tras las maniobras que realizó el individuo para deshacerse de él.
El coche de la víctima apareció un día después de los hechos y tras las gestiones de investigación, se detuvo a un hombre de nacionalidad uruguaya de 51 años, el cual reconoció que había incendiado el coche a cambio de droga, pero que desconocía la identidad de la persona que le realizó el encargo. Al no ser reconocido como autor del homicidio, el hombre fue simplemente juzgado y condenado por los daños provocados al vehículo.
Una hipótesis, aportada por la familia de la víctima, señalaba a un posible ajuste de cuentas por motivos laborales como causa del crimen. Fue entonces cuando el juzgado ordenó la reapertura de la investigación a la Unidad Central de Homicidios de los Mossos, quienes acabaron descartando esta primera hipótesis por los avances en el esclarecimiento de los hechos.
La investigación tomó otro enfoque, centrándose en la figura y el entorno del autor que incendió el vehículo. Tras la revisión y el exhaustivo análisis del expediente archivado, se perfiló la fisionomía de una persona de la que se acreditó una estrecha relación entre ambos. El homicida, identificado por los agentes que llevaban la investigación, era un hombre de nacionalidad española de 42 años que falleció en octubre de 2016 mientras se encontraba ingresado en el centro penitenciario de Brians 2.
Los investigadores se reencontraron el pasado 13 de septiembre de 2021 con el acusado por incendiar el vehículo, quien aclaró que su amigo le había confesado ser el quien robó el vehículo a una persona en el Paseo Marítimo de Castelldefels y que realizó una maniobra para ahuyentarlo, pero que nunca tuvo la intención de acabar con su vida.
El acusado esclareció que su amistad comenzó tiempo después de los hechos ocurridos en 2004, circunstancia que ya habían acreditado los investigadores y le exhiben de cualquier vinculación directa con la responsabilidad del homicidio. Una vez tramitadas las diligencias al Juzgado titular de la Investigación, se ha resuelto el caso y al no haber una responsabilidad penal por la muerte del presunto autor, finalmente será archivado.
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