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Àlex Llorca: “Desde pequeño he tenido la necesidad de bailar al escuchar música”

Àlex Llorca: “Desde pequeño he tenido la necesidad de bailar al escuchar música”

Por Sonia Algaba Benito
sábado 04 de diciembre de 2021, 13:19h

Àlex Llorca es un joven bailarín profesional del municipio de Vallirana de 25 años, que actualmente reside en Edimburgo, donde compagina su pasión por el baile con el trabajo de sanitario, realizando PCR para diagnosticar el Covid-19 en la sanidad pública del Reino Unido.

¿A qué edad empezaste en el mundo del baile?

A los 5 años fue cuando decidí que quería bailar y les dije a mis padres que me apuntasen a la escuela Cos Master de Vallirana, que me hacía feliz eso y fue también cuando me di cuenta de que era diferente al resto de niños, cuando a todos los niños les gustaba el fútbol y taekwondo, yo prefería bailar. De pequeño me lo tomaba como un hobbie, no fue hasta que fui adolescente que no me di cuenta que me quería dedicar profesionalmente a ello, entonces pase de mi pueblo a irme a Barcelona a estudiar en una escuela de baile.

¿Por cuántas escuelas has pasado en tu trayectoria?

Me he formado principalmente en 3 escuelas, donde he cogido las bases, aunque en total he podido llegar a pasar entre 20 y 30 escuelas. Siempre he considerado que es bueno salir de una misma escuela, para poder ver diferentes profesores, diferentes sistemas, eso es lo que me ha hecho crecer. Me considero un bailarín versátil, estoy especializado en el Jazz, sobre todo en el jazz musical y claqué, pero he hecho hip-hop, salsa, bachata, contemporáneo, ballet. En general, he practicado muchas disciplinas y siempre que me dicen de probar una nueva estoy encantado, porque a parte de que me gusta, a nivel laboral siempre te abre más posibilidades.

¿Qué sientes al subirte en un escenario ante tanta gente?

Es una sensación de felicidad plena, siento que me vibra todo el cuerpo, notas adrenalina hasta en las uñas. Todo el esfuerzo, se resume en nervios, tanto un bailarín novel como el más experimentado. Y cuando sales y le demuestras a todo el público que ahí estás, ese momento para mí no tiene precio.

¿Qué es lo que te ha llevado a querer dar el salto y trabajar como bailarín profesional en América?

Cualquier persona del baile y de las artes, y sobre todo del teatro musical sabe que la cuna del teatro musical está en Broadway, es Nueva York y yo lo tenía en mente desde bien pequeño. Me aceptaron en la escuela Broadway Dance Center de Nueva York para hacer un programa intensivo de 6 meses y fue la mejor experiencia de mi vida sin ninguna duda. Mi sueño no era bailar en escuelas, sino bailar en escenarios y allí me di cuenta cómo se valora realmente el arte.

¿Por qué no seguiste la trayectoria profesional en Nueva York?

Es muy complicado, todo depende de los visados y en mi caso fui con la visa de estudiante de 6 meses, que era el tiempo que iba a estar en la escuela, me dió tiempo a acabar el curso y en enero es cuando empezaban los castings de producciones americanas pero yo no podía realizar estas audiciones porque si no tienes un visado de trabajo o el de residencia no te pueden coger, a no ser que ellos te paguen el visado. Lo que hice fue audiciones con compañías de cruceros, y me cogieron para trabajar en uno de ellos y a las 2 semanas ya estaba ensayando el musical en Florida, donde estuvimos dos meses de ensayo y a una semana de irnos al barco estalló la pandemia y se cancelaron los cruceros y tuve que volver a Barcelona.

¿Cómo ha afectado a nivel emocional el Covid-19?

Ha sido duro, el covid para la industria de las artes se paró todo desde el principio y ahora sí que parece que poco a poco está volviendo todo a resurgir pero hemos sido los últimos. A nivel emocional fue un buen golpe también, de estar viviendo un sueño increíble en América a volver a Barcelona y fue entonces cuando aproveché la carrera universitaria de biomedicina. Contacte con un amigo mio de Edimburgo y me comentó que había muchas oportunidades a nivel de investigación y sanidad, y me vine en teoría por unos meses y me cogieron en la sanidad pública de Reino Unido y estoy haciendo test PCRs para diagnosticar el Covid. Y ahora voy a empezar a dar clases como profesor en una escuela de baile aquí en Edimburgo.

Como se prevé que de cara a primavera del año que viene volvamos a realizar las actuaciones en los cruceros, yo voy preparando los papeles para poder trabajar en tierra americana, para poder hacerlo necesito un visado de trabajo y por ello estoy preparando todo el papeleo.

¿Qué es lo que te llevó a ejercer de concejal de Juventud de tu pueblo si tu pasión es el baile?

Estaba inmerso en diferentes entidades, que sin darme cuenta, yo ya tenía ese sentimiento de querer mejorar para la ciudadanía. Me vieron con ganas, con ideas originales, y me propusieron meterme en las listas de un partido y la verdad fue muy intenso ya que lo tuve que compaginar con los estudios y con el baile, y no fue fácil pero lo disfruté mucho.

¿La pasión por el baile es propia o viene heredada de algún familiar o conocido?

Ha surgido a nivel personal, aunque es cierto que mi madre baila muy bien, y desde que estaba embarazada me ponía música. Pero ha salido de manera innata, el poder practicarlo desde pequeño con total libertad, ha sido también lo que me ha llevado hasta donde estoy.

¿A nivel social, has tenido dificultades a la hora de bailar?

Sí, desde ese momento fui el centro de miradas, de risas, de malos comentarios que te hacen dudar si realmente estás haciendo lo correcto, si vas por el buen camino o si deberías de hacer lo normal. Estás en una duda continua, de hecho muchas veces me llegué a plantear dejar el baile, pero no lo hice porque no podía dejar de sentir esa felicidad que me producía bailar y aparte por el apoyo incondicional que he tenido por parte de mi familia.

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