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Los jóvenes y su búsqueda
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Los jóvenes y su búsqueda

Por Mossèn Pere Rovira
sábado 07 de mayo de 2022, 19:04h

Hace pocos días, un chico de 14 años vino a solicitarme el sacramento del perdón en la parroquia. Un chico aparentemente normal y con una familia que le adoptó a muy temprana edad.

Me explicó que pertenecía a una banda latina y que le exigían para ir subiendo en el escalafón diferentes pruebas: desde las peleas callejeras (con navajas) hasta matar un perro, etc. Todo para demostrar antes sus “colegas” su valentía y sumisión al líder.
Cuando me estaba relatando sus miserias, él mismo se autoimpuso salir y reconstruir su vida al margen de esta “banda callejera”. No lo tendrá fácil y asumió que necesita un proceso lento. Quiso o, mejor dicho, necesitó sentirse perdonado por las acciones que había cometido a su temprana edad. Mucho de estos jóvenes acaban en prisión o en la marginalidad o muertos por actos de violencia.
Este chico tan joven ya había conocido realidades no propias para su inmadurez. Su crecimiento ha sido desviado del proceso natural, su sufrimiento así lo visibilizaba. Podríamos analizar desde diferentes ámbitos los “porqués” o las causas. Mi reflexión personal va dirigida a las siguientes preguntas: ¿qué sociedad estamos dejando a los jóvenes? ¿qué valores transmitimos? ¿las familias son ayudadas y fortalecidas en su misión? ¿las lamentaciones sirven para algo? ¿qué nivel de exigencia reciben los jóvenes en esta sociedad tan competitiva?
Este joven en particular buscó en el grupo sentirse algo importante (autoestima), se sentía protegido y fortalecido dentro por la pertenencia a esta banda. Estamos facilitando que muchos jóvenes, en su soledad, se refugien en estos grupos o en sus móviles o en los videojuegos o en ambientes que le puedan evadir de sus preocupaciones.
Construir un mundo sin “alma” facilita que los más débiles, los jóvenes entre ellos, deban crecer de forma repentina y desequilibrada, aspiran a ser adultos de forma acelerada sin el proceso normal y natural. El “alma” de este mundo está siendo atacada por una mentalidad materialista, donde el otro es un problema, siempre y cuando no vaya en mi dirección.
No nos dejemos vencer por el desánimo, por el nada se puede hacer…, esto no tiene solución…, nadie lo puede cambiar… La resignación derrotista es un buen caldo de cultivo para que estas mentalidades egoístas triunfen y derroten las esperanzas, sobre todo de muchos jóvenes. Hay una respuesta que nos libera de este “pasotismo” ya instituido en la sociedad, BÚSQUESE.

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