El govern de la Generalitat de Cataluña no tiene entre sus prioridades el invertir suficiente en la comarca del Baix Llobregat, probablemente porque ellos creen que quienes les votan se encuentran en otras latitudes de nuestra Comunidad Autónoma.
Unas de las inversiones más necesarias son todas aquellas que se refieren al ámbito de la salud y del cuidado de las personas. No en vano, nuestra población cada vez está más envejecida y las necesidades irán in crescendo en los próximos lustros.
Durante la pandemia vimos la necesidad de tener más profesionales del ámbito sanitario en el territorio, además de las instalaciones adecuadas. Ni lo uno ni lo otro están suficientemente dotados en Cataluña en la actualidad. Pero ni el gobierno autonómico, ni en muchos casos los gobiernos municipales han puesto el acento en esta materia.
Algunas ciudades del arco metropolitano, como es el caso de Castelldefels, llevan más de 15 años reclamando un tercer CAP para la ciudad. Pero ni el Tripartito (PSC, ERC y la antigua ICV-Verds) ni luego ERC y Junts han hecho el trabajo. Tampoco el gobierno municipal liderado por el PSC ha sabido poner en valor las necesidades de la ciudad.
Debemos de devolver a la sanidad a la cúspide de las prioridades de cualquier gobierno. Reconocer el trabajo de los profesiones. Garantizar la atención presencial que garantice el acceso universal al servicio, y no dejar atrás a miles de personas mayores que sufren la brecha digital y no tienen los conocimientos necesarios para hacer cualquier trámite a través de Internet.
Nuestra comarca necesita más doctores, enfermeros y personal auxiliar. Debemos mejorar los servicios de urgencias locales, y reducir las listas de espera tanto para las intervenciones u operaciones como para la atención de los especialistas. El desafío es muy grande, pero si no lo hacemos nuestro sistema se seguirá deteriorando. Es el momento de revertirlo.
Si (
No(
