Fallece el sacerdote Celestino Bravo de Viladecans a los 94 años

El que fue rector de la iglesia Santa Maria de Sales durante 58 años, Celestino Bravo, falleció el pasado domingo 26 de junio de 2022, con 94 años. Celestino ejerció como un gran sacerdote al pie del cañón con las familias y trabajadores.

En 2009, Celestino recibió la medalla de honor de la ciudad de Viladecans, que fue entregada personalmente por el alcalde, Carles Ruiz, que señala el “recuerdo en Viladecans por la faena incansable a favor de los trabajadores y trabajadoras y por las familias más vulnerables”. Este martes, 28 de junio de 2022, se ha celebrado a las 10h una misa funeral en la que fue su parroquia, con la presencia de Agustín Cortés Soriano, obispo de Sant Feliu de Llobregat.

Bravo, proveniente de Guadalajara, entró con tan solo 16 años en el seminario de Sigüenza (en 1944), pero una enfermedad en un ojo le llevó hasta Barcelona para realizar el tratamiento y fue entonces cuando entró en el seminario de la ciudad barcelonesa. Tan solo 10 años después, con 26 años, fue ordenado cura y fue vicario en Sant Salvador de Horta y en Sant Celoni. Llegada su treintena, Celestino tuvo que ser operado por el agravamiento de la enfermedad y realizó su recuperación en el Hospital de Viladecans.

Durante el tiempo que permaneció en el hospital, Bravo se dedicó a los enfermos y poco después su dedicación empezó a aumentar. En 1962 fue nombrado párroco de la iglesia de Santa Maria de Sales, después de la creación del nuevo barrio del Poblat Roca. Celestino creó la entidad Fraterna Ayuda Cristiana, con la colaboración de vecinos del barrio, con el objetivo de realizar aportaciones monetarias para ayudar a personas que sufren enfermedades.

Con la primera huelga general, en 1971, Celestino transformó la parroquia en un punto referente para los trabajadores. La iglesia se convirtió en un espacio al servicio de los pobres, así como de los trabajadores y en su hoja parroquial reivindico el derecho a la huelga. Bravo era un párroco joven y de pensamiento progresista, que en 1976 ayudo a 120 trabajadores de la Roca en huelga a reivindicar sus derechos. En este sentido, el padre Bravo se mostraba a favor de realizar asambleas en su iglesia.

En 2008, Celestino Bravo, fue protagonista de un homenaje ciudadano que se rindió por sus 50 años de residencia en el municipio de Viladecans y un año después recibió la medalla de honor de la ciudad. El último servicio de Celestino se produjo en 2009, coincidiendo con unas movilizaciones de los trabajadores de la Roca de Viladecans, Gavà, Alcalá de Henares y Alcalá de Guadaira en contra de un ERE. En esta situación, Bravo hizo de portavoz de las reivindicaciones en un acto público y hace tan solo dos años, decidió colgar la sotana y jubilarse, a los 92 años.