Ciertas son las caravanas que tenemos en las horas punta, pero lamentablemente cada vez más, cualquier hora es mala para poder circular con fluidez por las vías que circunvalan o pasan por Barcelona y el Área Metropolitana.
Y es que, por un lado, hay infraestructuras pendientes tanto del Gobierno de España como de la Generalitat que parecen querer competir con la mismísima Sagrada Familia en duración en el tiempo, dado que llevan años sin acabarse.
Por otro lado, la Sra. Colau sigue con su particular cacería contra los conductores eliminando sin criterio carriles de circulación y plazas de aparcamientos, por espacios que quedan huérfanos y sin utilizar. La ideología de Colau por encima de las necesidades de los ciudadanos nuevamente.
Pero, ¿tenemos realmente la oportunidad de dejar siempre el coche en casa y utilizar el transporte público? La respuesta es NO. Y es que depende de donde vivas, no hay una alternativa real y práctica que permita a los vecinos dejar atrás el vehículo privado y subirse a un transporte público que sea eficaz y te lleve puntual a tu destino.
Y de esto saben mucho los vecinos de la zona delta del Llobregat (Castelldefels, Gavà, Viladecans, …). Por un lado, el proyecto del metro lleva 20 años cubierto de polvo en un cajón, y los trenes de cercanías en reiteradas ocasiones incumplen horarios y se repiten en exceso las incidencias. El autobús tampoco corre mejor fortuna con la reducción de frecuencias que sufre más de una línea, y la falta de un replanteamiento más idóneo de las líneas para cubrir bien todos los barrios y el territorio.
Así que si los que mandan quieren que dejemos el coche en casa, lo primero que tienen que hacer es bajarse ellos del coche oficial y ponerse a trabajar para mejorar la oferta pública que es del todo insuficiente.
Si (
No(
