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Eurovegas en el Baix

Por Mossèn Xavier Sobrevía
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Por un plato de lentejas Esaú vendió la primogenitura a su hermano Jacob.
Pienso en este pasaje del Génesis cuando escucho los argumentos a favor de la instalación del complejo “Eurovegas” en el Baix Llobregat.

Personas rotas y familias rotas a causa de la adicción al juego, a la prostitución y a las drogas. Este es el resultado de un proyecto que puede crear empleo pero su coste es inaceptable. Habrá quien diga que esas actividades siempre han existido. Y es cierto. Pero es más cierto que cuanto más cerca está la tentación, más fácil es caer en ella.

¿Cuántas personas han perdido, y siguen perdiendo, mucho dinero en los juegos de azar y las tragaperras? ¿Cuántas vive con vergüenza y a escondidas la adicción al juego? Detrás de cada persona hay una familia que pierde toda la mensualidad después de jugar tres días. Todos conocemos casos, no es una situación excepcional.

Es muy interesante como, personas tolerantes con la prostitución, cuando se les plantea qué pensarían si su hija se dedicara a esa actividad, entonces su rostro cambia el aspecto, se dan cuenta de la degradación que supone y que no se debe potenciar.

Un proyecto de esas características también es una plataforma para la drogadicción y el alcoholismo. A la que hay que añadir las mafias y la violencia que genera. Luego nos lamentamos de ser líderes en Europa en el consumo de cocaína y cánnabis.

Tan importante como lo anterior es el modelo de persona que se fomenta. La contradicción entre el modelo que representa ganar dinero sin ningún mérito en un juego de casino y la “cultura del esfuerzo” tan alabada en los discursos de los políticos. Es brutal ver como tan fácilmente nos “olvidamos” de apoyar el éxito de un trabajo constante y honrado, para pasar a promocionar la ilusión de ganar dinero fácil y rápidamente. Aunque “la banca nunca pierde”.

Los inversores que promueven el proyecto, además, piden que se adapten las leyes para urbanizar terrenos protegidos, ignorar las reservas ecológicas, masificar el territorio, generar contaminación y residuos, permitir la construcción de rascacielos y pagar menos impuestos. Si eso no es un trato de favor, que alguien me lo explique.

Están en juego muchos valores y principios éticos. No deseo que se instale ese proyecto de negocio en ningún lugar, pero todavía menos cerca de nuestra casa.
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