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Un saludo de Mn.Pedro Rovira

Por Mossèn Pere Rovira
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Este es el primer artículo que os escribo. He creído oportuno que una breve presentación sería el mejor vehículo para iniciar esta relación, que espero sea larga y enriquecedora para ambas partes. Agradezco sinceramente la oportunidad, ya iniciada con Mn. Xavier Sobrevia, que me ofrece “El Llobregat” para escribiros cada mes unas líneas de reflexión y visión cristiana sobre la realidad que observamos.
Nací y crecí en L’Hospitalet, primero en el barrio de Collblanch y posteriormente en el Polígono Gornal. Vengo de una familia obrera y afincada en medio de una fuerte presencia inmigratoria (andaluces, extremeños, …). Soy el tercero de 4 hermanos. De la familia aprendí grandes y sólidos valores humanos, que han forjado la persona que soy. Algo que no pudieron transmitirme fue la fe, dado que en casa la vida cristiana era puramente cultural y puntual en las celebraciones familiares: bautizos y primeras comuniones. Por lo tanto saboree durante algunos años el “agnosticismo” más radical. No me interesaba ningún planteamiento religioso, y menos cristiano.

A los 26 años, y por mediación de una amiga, puede escuchar unas catequesis de adultos y quedarme en la Iglesia para recorrer un camino de fe adulta. La vida ha sido y es generosa conmigo; he saboreado una familia estable, unos estudios, unos noviazgos y unos buenos trabajos (el último antes de entrar en el seminario fue el de empleado en el Banco Santander).

A los 30 años entre en el seminario y a los 38 fui ordenado sacerdote. He recorrido diferentes parroquias: Pueblo Nuevo (Barcelona), el Prat, la Palma de Cervelló y Corbera de Llobregat; actualmente he comenzado el servicio ministerial en la parroquia de San Antonio María Claret. Estoy contento y con ganas de compartir con vosotros aquello que significa tanto para mí, la persona de Jesús de Natzaret.

Llego como sacerdote para ejercer el ministerio en la parroquia, pero también para conocer la realidad del barrio y del pueblo de Sant Boi y ofrecer, al mismo tiempo, mi acompañamiento y disponibilidad. A corto plazo tenemos como objetivo la construcción de una nueva iglesia al servicio de la comunidad parroquial y del barrio.

Una iglesia es, también, un lugar de acogida, de caridad, de unidad y de hacer presente, fraternalmente, el amor. Una nueva iglesia nos beneficia a todos, creyentes y no creyentes.

Un fuerte saludo de un párroco que lo único que pretende es haceros visibles el amor de Dios para todos, sin que ninguno queda excluido.
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