Déficit público: ampliación de plazo y nuevas exigencias

Se utilizan con frecuencia eufemismos al interpretar que dicho retraso concedido comporta unas recomendaciones por parte de las instituciones europeas. Sin embargo, el término adecuado es el de exigencias.

Y así sucedió, horas después de ampliado el plazo, los dirigentes económicos desde la capital europea desplegaron una lista de compromisos a implementar en distintas materias. En definitiva, más reformas estructurales que se suman a las ya ejecutadas.

Medidas que suponen una nueva vuelta de tuerca en la reforma laboral; reformas, entre otras, en las pensiones para conseguir el factor de sostenibilidad del sistema y continuar con la reforma del sistema financiero.

Ahora bien, ningunas medidas complementarias se adoptaron para permitir reactivar la econo-mía y huir del nuevo término acuñado como “austericidio”.

Existen alternativas viables para permitir que fluya el crédito desde el Banco Central Europeo, a través del Banco Europeo de Inversiones, directamente a las pequeñas y medianas empresas, que a la postre constituyen el principal motor generador de empleo en nuestro país. Por ello, se deben concretar políticas económicas de financiación para las PYMES de forma urgente por parte del BCE.

Además, se aprueba un plan dotado con seis mil millones de euros para combatir la elevada tasa de desempleo juvenil en Europa, con mayor incidencia en España, alcanzando niveles del cincuenta y siete por ciento. No obstante, falta por concretar que el mismo, cuando se ejecute, no afecte al déficit público, ya que de ser así lastraría aún más la anhelada reactivación económica. Resulta evidente reconocer que la reforma de la Administración pública, centrada por ahora en el ámbito local, debería extenderse al entorno autonómico y nacional, para lograr un funcionamiento eficaz y evitar la duplicidad de funciones y, por ende, de gasto entre las distintas administraciones con iguales competencias en asuntos transferidos.

Las medidas de austeridad y ajuste deben complementarse con otras que estimulen la economía. De no ser así, el freno a la salida de la crisis se volverá cual efecto boomerang sobre las economías que no se encuentran en la actualidad en recesión.

Ya se ha registrado esa traslación, dado que el decrecimiento en dos décimas de la economía de la zona euro en el primer trimestre del año así lo ha reflejado, con igual tasa negativa en Francia y crecimiento nulo en Alemania.

Resulta, por tanto, imprescindible una mayor interlocución en las instancias europeas para flexibilizar las políticas económicas de ajuste y superar la restricción del crédito que impide la recuperación.||