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El Fisioterapoeta (o el escritor generoso)

Por David Aliaga Muñoz
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Antes que fisioterapeuta, poeta, slammer, narrador, amante de la cerveza doble malta, fan de los Wilco, seguidor del Barça o lector devoto de la generación beat, Esteve Bosch de Jaureguízar es un escritor generoso. Reivindicando injusticias sociales y defendiendo la sanidad pública sobre los escenarios o consagrando su obra publicada a impedir que historias emotivas caigan en el olvido, el Fisioterapoeta ha decidido emplear su talento para aliviar, ayudar y acompañar a los que le rodean.
      Esteve Bosch en una de las salas de fisioterapia del Hospital de Bellvitge.
Esteve Bosch en una de las salas de fisioterapia del Hospital de Bellvitge.
Nacido en circunstancialmente en Barcelona, criado en Palamós y empleado del Hospital Universitario de Bellvitge, Bosch de Jaureguízar me espera en la entrada principal del centro con su uniforme blanco. Son las tres y media de un viernes. Posiblemente ha tenido que comer deprisa para poder atenderme antes de volver al trabajo. Pero el Fisioterapoeta hace que literatura y dádiva caminen de la mano y cuando le escribí para pedirle una entrevista, respondió que cómo y cuándo me fuese mejor. Siempre es buen momento para hablar de su pasión.

Tomamos el ascensor para subir a la planta en la que los pacientes post-infartados realizan sus sesiones de recuperación. En el trayecto, le pido que me explique a qué se debe el apodo con el que se lo conoce en el circuito de poetry slam. ¿Cómo mezcla versos y fisioterapia el Fisioterapoeta? “Los pacientes que se recuperan de dolencias cardíacas participan en sesiones en las que se potencia la musculatura del corazón a partir de los trabajos con las extremidades”, comienza y así intuyo que no va a despreciar el rigor médico para venderme el tópico de que la poesía cura el alma. Esteve Bosch trabaja en el hospital desde antes de que yo naciera y lo que ha tenido que presenciar, aunque no lo ha desprovisto de un sonrisa amable, le impide banalizar con la medicina y la enfermedad. Hospitalia: doble malta –coescrito con Óscar Patsi– atestigua la crudeza con la que el empleado sanitario tiene que convivir. Así que nada de alejandrinos con rima asonante que acarician el alma. “Aplico la poesía durante la parte final de la sesión, que concluye con 5 minutos de relajación” después del esfuerzo físico.

Cada fisioterapeuta conduce sus sesiones de la forma que considera oportuna siguiendo las directrices que establecen los protocolos sanitarios. Así, mientras que algunos utilizan música, técnicas zen o el silencio para generar un clima propicio para la relajación, Bosch de Jaureguízar confiesa que le “dio el puntazo de recitarles El caminante” cuando regresó al trabajo después de un viaje a Colliure, donde visitó la tumba de Antonio Machado. “Les encantó”, explica con un gesto de satisfacción desprovisto de orgullo, cediendo todo el mérito a la poesía. Desde entonces lo tomó como práctica habitual. “No tiene más”, concluye.

Pero si el reclamo que me había llevado hasta él, la mezcla entre fisioterapia cardiaca y poesía, se limitaba a cinco minutos de relajación, su relación con la narrativa me descubrió una personalidad generosa que merece elogios y admiración más allá de lo literario.

Bosch de Jaureguízar es autor de La fuerza de un latido. El escritor retrata “una vida muy jodida”, especialmente en lo que a salud se refiere: la de la paciente Maria Cinta Barberà, coautora del libro. Ambos se conocieron cuando ella recibía tratamiento –el enésimo– en el Hospital de Bellvitge. La primera persona española en llevar un corazón artificial quería explicar su lucha contra las diferentes enfermedades que la habían acuciado (hepatitis, cáncer, artritis, insuficiencia cardíaca…) y el Fisiterapoeta la ayudó a poner palabras a su experiencia.

Tres años más tarde publicaría Hospitalia: doble malta, una obra que posee un espíritu más combativo. En sus páginas podemos leer al Bosch de Jaureguízar que se sube al escenario con una señal que vendría a indicar que las tijeras (los recortes) están prohibidos. Se vuelve narrador el poeta que clama “pretenderán multarte hasta la sombra / querrán hacerlo hasta la mutilación. / ¡No lo permitas!”. El que me explica con indignación que las instituciones son poco colaborativas incluso cuando se les ofrecen iniciativas poéticas sin coste para disfrute de los pacientes. Hospitalia: doble malta recoge la esencia del bloggero censurado por practicar una colonoscopia a la sanidad pública y mostrar los recovecos más sucios de sus intestinos. Y como en el caso de La fuerza de un latido, también reserva algunos renglones a la batalla emocional de la persona que hay detrás del uniforme blanco y la perenne sonrisa dedicada al que está padeciendo.

Tal vez Bosch de Jaureguízar sea, además de aguerrido y generoso, un hombre agradecido. “Todo lo que estoy viviendo con la poesía me está suponiendo una terapia”, después de algunos batacazos en lo personal de esos que todos padecemos alguna vez. Comenzó a participar en el poetry slam como divertimento y en su primera temporada acabó 7º en el campeonato de España. Habla con infantil ilusión de su participación en el nacional de 2012 en Jaén. “Fue un premio. Me vi viajando gracias a la poesía y actuando frente a 300 personas”. Se sintió escuchado, aplaudido, querido… Y parece concentrar sus esfuerzos en que la poesía les otorgue a otros lo que a él le ha regalado.||

Postdata
Fin de temporada del SLHAM ... La tercera edición del SLHAM cerró la temporada de slam poetry en L’Hospitalet. El encuentro celebrado en el bar Oncle Jack, en el centro de la ciudad, se saldó con éxito de asistencia y participación. De los diversos declamadores que participaron, fue Salva Soler quien se impuso en esta ocasión.

Profesor de interpretación además de poeta, Soler cautivó al público gracias a la calidad de sus versos y sobre todo a la capacidad de transmitir gestual y vocalmente la emotividad de sus poemas.

…y SLHAM a la fresca. Precisamente el colectivo SLHAM, gracias al trabajo de Dani Orviz, Cristina Gargo y Jon Barrena, ofrecerá un espectáculo gratuito el viernes 19 de julio a las 20:30 h. en los jardines de Can Sumarro. Nuevamente la ciudad podrá disfrutar de algunos de los mejores declamadores del circuito como Dante Alarido, Esteve Bosch, Alexander Luca o Salva Soler.

8ª edición del premio internacional de novela negra de L’Hospitalet. Se va consolidando el lazo entre el género negro y la ciudad de L’Hospitalet. Por octavo año consecutivo, el Ayuntamiento y Roca Editorial convocan el premio L’H Confidencial, promovido por la biblioteca de La Bóbila. El plazo de admisión de originales –que pueden ser tanto en lengua catalana como castellana– finalizará el próximo 30 de septiembre.

Entonces comenzarán las deliberaciones del jurado, que emitirá su veredicto durante el mes de enero de 2014.||
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