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En defensa de la auténtica Navidad

Por Mossèn Pere Rovira
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
En este mes de diciembre, la Navidad toma relevancia en la vida social; sea por las campañas publicitarias que nos bombardean o sea por los compromisos familiares de obligado cumplimiento.
¿Qué es la Navidad? Para algunos, un motivo publicitario que facilita el consumo, tanto de comidas como de regalos de toda índole; para otros, unas fechas que incrementan las reuniones familiares con las consiguientes “cenas copiosas”. Esta fiesta genera una cierta ternura hacia el prójimo; los deseos de paz, amor y bienestar se intercambian de forma habitual.

Me resisto aceptar la Navidad como una escusa consumista, como una fiesta impregnada de un desbordante sentimentalismo, como un cumplimiento “hipócrita” de compromisos familiares, bla, bla, bla. La Navidad no se puede reducir a unos días del calendario, es un espíritu o una forma de entender la vida que debería acompañarnos el resto de año.

La Navidad celebra un gran acontecimiento, hace presente el momento histórico más sublime del Amor, realiza definitivamente el acercamiento de un Dios a la realidad, a la historia y a la vida humana. La Navidad se ofrece al mundo para recordarnos que Dios ya no es una idea, un concepto filosófico, algo abstracto y lejano, una palabra sin contenido, …; es una persona y una realidad histórica: Jesús de Nazaret.

Nació “pobre”, vivió “pobre” y murió “pobre”; su camino de vida es para muchas personas un camino gozoso hacia la felicidad. Su propuesta de vida no está condicionada por “el tener, el poseer o el ganar”, su único tesoro es “un Amor incondicional y gratuito.”

La Navidad es una invitación a la gratitud y la esperanza, al reconocimiento de todo aquello, que sin mérito propio, hemos recibido. La Navidad es el regreso a la simplicidad de lo que realmente nos hace felices, más allá de desgastar la “tarjeta de crédito”. La Navidad es valorar y defender la familia como el espacio recibido por Dios, donde nuestra vida se desarrolla y cumple su misión. La Navidad es, al mismo tiempo, una oportunidad para descubrir que nuestra existencia humana es el camino hacía una vida nueva, más allá de la suerte o el azar.

Desde este modesto artículo, quisiera desearos a todos los lectores y a sus familias que estas fiestas de la Navidad puedan convertirse en una ocasión para construir un mundo donde “las palabras” se concreten en “hechos”, donde el “deseo” de estas fechas sea extensible a “todo el año.” QUE LA NAVIDAD ENTRE EN VUESTRAS VIDAS, con alegría y gratitud||
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