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Optimismo económico moderado

Por Fernando Martín
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
El nuevo año se ha iniciado con perspectivas aparentemente favorables en materia económica. A la disminución de la prima de riesgo, por debajo de los doscientos puntos básicos, se suma un tímido crecimiento del Producto Interior Bruto, cifrado en una décima, registrado en el tercer trimestre de 2013.
El crecimiento del PIB se debe fundamentalmente al aumento de las exportaciones y descenso de las importaciones. No obstante, la demanda interna no experimenta repunte alguno y se antoja fundamental para pronosticar un crecimiento económico a corto plazo.

Así, las variables negativas del mercado laboral y el elevado endeudamiento de empresas y familias no permiten prever una recuperación sensible del consumo. Por otra parte, la cifra de creación de empleo registrado el pasado año, se centra mayoritariamente en contratos temporales. Por tanto, la incertidumbre que se cierne sobre la estabilidad laboral impide reactivar el consumo. En 2013, la encuesta de población activa marcó un ritmo de destrucción de empleo algo menor que en el mismo periodo de 2012, pero la tasa de desempleo registró un máximo histórico del 27,1 por ciento.

En cuanto al déficit público, Bruselas permitió cerrar el ejercicio del pasado año en el 6,5 %, frente al inicialmente previsto del 6,3 %. Asimismo, prorrogó dos años la meta de déficit final. Para ello, la Comisión Europea exigió elevar la edad de jubilación, subir el IVA y ejecutar medidas contra el desempleo juvenil y la economía sumergida. En consecuencia, la modificación del sistema público de pensiones ha entrado en vigor en enero, y en adelante no se revalorizarán según el IPC. En su defecto, se recurrirá a una fórmula matemática en función de la solvencia del sistema, con la consiguiente pérdida de poder adquisitivo para los pensionistas que ello comporta.

Los analistas consideran que el objetivo de déficit público previsto para 2014 del 5,8 por ciento se cumplirá gracias a la mejora de la economía. Ahora bien, a finales de 2016 se habría de alcanzar una tasa del 2,8 por ciento y podría suponer una nueva oleada de recortes y ajustes presupuestarios.

En cuanto al rescate a la banca, en noviembre el Gobierno y Bruselas cerraban con éxito el programa de intervención sobre el sector financiero español que se inició en junio de 2012.

Sin embargo, la vigilancia sobre España se mantendrá, como mínimo hasta que reembolse el setenta y cinco por ciento de los 41.300 millones de euros que adeuda el Estado al fondo de rescate.

Además, el Presidente del Banco Central Europeo alertó sobre la escasez de crédito en la eurozona y la caída de precios derivada de una recuperación económica frágil. De ello, se interpreta que el flujo del crédito debe constituir un elemento primordial en aras de iniciar la ansiada recuperación económica.

Con los antecedentes expuestos y, a pesar de identificarse síntomas de mejoría, factores básicos como la creación de empleo, el flujo del crédito y, en consecuencia, el freno a la caída de la demanda interna representan la vía por la que habría de vislumbrarse la luz al final del túnel de una crisis económica y financiera que cumple su séptimo año. ||
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