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Unión bancaria europea

Por Fernando Martín
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h

Uno de los principales factores que ha determinado la gravedad de la crisis bancaria y el plan de rescate de las entidades financieras se ha debido, por una parte a la falta de supervisión de los organismos que habían de ejercer dicha labor y, además, a la ausencia de una verdadera unión bancaria europea.

Precisamente, para constituir el inicio de la anhelada unión bancaria adoptaron las medidas oportunas el pasado mes de marzo, tras una maratoniana reunión, los representantes del Parlamento Europeo, el Consejo de la Unión Europea y la Comisión Europea.

El acuerdo consiste en la creación de un Mecanismo Único de Resolución con una dotación de 55.000 millones de euros, aportados por los bancos en el plazo de ocho años y destinado a liquidar en el futuro los bancos en crisis en la zona euro.

En cuanto al organismo supervisor será el Banco Central Europeo el encargado de detectar la situación de un banco en dificultades, aunque su intervención la decidirán los órganos del citado Mecanismo, donde la influencia de cada país estará en función de la aportación al fondo.

El fondo europeo de resolución bancaria se nutrirá de una cifra equivalente al uno por ciento de todos los depósitos garantizados, y la contribución de cada banco dependerá asimismo del perfil de riesgo de su modelo de negocio. La aportación exacta dependerá de los criterios que más adelante se fijen.

No obstante, la imposición del Gobierno alemán determina que la creación de ese fondo se efectúe en base a un tratado intergubernamental, paradójicamente al margen de la legislación europea.

En cuanto al plazo final para la constitución del fondo, se ha mejorado reduciéndose a ocho años, en lugar de los diez acordados inicialmente. Aun así, se estima excesivo el período previsto para su creación, dada la ausencia de una red de seguridad que garantice la existencia de recursos durante la fase de transición. En ese sentido, Berlín se ha opuesto a que el fondo de resolución y el fondo de rescate de la zona euro proporcionen la cobertura precisa hasta el año 2023.

Además, otro de los aspectos que generan cierta ambigüedad es la ausencia de autoridad del Mecanismo Único de Resolución, en cuanto a la liquidación o reestructuración de las entidades que no están sujetas a la supervisión directa del Banco Central Europeo.La trascendencia del pacto alcanzado supone un cambio profundo en el funcionamiento del mercado bancario europeo.

El objetivo principal de dicho Mecanismo consiste en crear un sistema eficiente, que proporcione un trato igualitario para todos los bancos al margen de su país de origen y, principalmente, que evite a los contribuyentes tener que costear el rescate de las entidades.

La larga crisis económica y financiera ha supuesto el avance de un sentimiento euroescéptico y antieuropeísta entre la población comunitaria que no comprende el motivo por el que debe contribuir al rescate de las entidades bancarias.

El acuerdo habría de suponer la recuperación de la confianza en el sistema bancario europeo y, en consecuencia, el punto final a la restricción del crédito que impide impulsar la reactivación económica.

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