Fomento ha anunciado la reanudación de las obras para unir estos dos corredores que permitirán una mejora sustancial de la movilidad a la altura de la comarca y se estima que podrían estar acabadas en 2015, cuatro años después de lo previsto inicialmente. Y es que, este proyecto que responde a una fuerte reivindicación durante la década pasada, tanto de la capital barcelonesa como de la comarca, fue paralizado en 2010 tras un año de obras, convirtiéndose así en otra de las infraestructuras víctima de la crisis y el agujero económico de ministerios como, en este caso, Fomento tras el despilfarro prolongado a lo largo de diferentes legislaturas de supuesta bonanza.
El proyecto consiste en un nuevo tramo de unos dos kilómetros, aproximadamente, que permitirá la conexión de la A-2 y la C-32 entre los tres municipios mencionados: Sant Boi, Cornellà y El Prat. Además, siete nudos viarios nuevos completarán las mejoras de esta infraestructura a la altura de la comarca, clave para la movilidad de los ciudadanos del Baix Llobregat pero también para agilizar la circulación de los accesos sur de Barcelona. De confirmarse la hoja de ruta y el final de las obras, todo el tráfico que debe pasar de la C-32 o Autopista del Garraf a la A-2 se ahorrará 4,4 km de recorrido hasta el nudo del Llobregat. Según Fomento, en este sentido, se mejorará también los accesos al puerto y al aeropuerto además de las zonas industriales como el Mas Blau.
Tal como ha reconocido el ministerio, la dotación es de 48 millones para terminar las obras en el próximo año 2015. De ser así la comarca conseguiría, por fin, esta reivindicación que arrastra desde hace años después de aguantar el colapso que se producía con cualquier pequeña incidencia. Pese a que la crisis ha reducido la movilidad y el tráfico terrestre en esta zona, la conexión entre estos dos corredores seguía siendo una asignatura pendiente.
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