www.elllobregat.com
Necroturismo, el arte y la belleza en los cementerios
Ampliar

Necroturismo, el arte y la belleza en los cementerios

Por Señorita Pepis
martes 21 de octubre de 2014, 23:09h
El Baix tiene, en el Papiol, uno de los mejores cementerios de España y, en Torrelles de Llobregat, uno de los únicos cementerios de mascotas
Playas maravillosas, paisajes idílicos, montañas nevadas, animales exóticos, países lejanos… Los lugares más remotos están al alcance de nuestra mano. Sabemos todo de cualquier continente porque aunque no hayamos podido estar allí, no importa, la tecnología permite admirar con precisión a través del mundo virtual, las maravillas del mundo. Turismo rural, turismo de aventuras, turismo de negocios. Todo está ahí, solo es cuestión de poder adquisitivo. Pero otro tipo de turismo está causando furor: el necroturismo o turismo de cementerios.

La muerte y la vida después de la muerte es algo que ha preocupado desde siempre al hombre. Una de las cosas que tienen en común todas las culturas es que honran a sus muertos. La manera varía en función de nuestras creencias y cultura.

Hasta ahora, ir al cementerio se dejaba para el Día de Todos los Santos. Una tradición católica que indica que ese día tienes que recordar a los seres queridos que han desaparecido. Pero a mucha gente, los paseos por el cementerio le produce un cierto repelús y escalofríos. Otros, en cambio, y cada vez son más, prefieren admirar estos camposantos –que ahora abren sus puertas para mostrar sus magníficas esculturas de distintos estilos de siglos pasados- como una actividad turística más.

El Papiol, el más moderno de España
Ya en el interior del Baix Llobregat, podemos visitar el Cementerio Comarcal Parc de Roques Blanques, ubicado en El Papiol. Construído en 1984, está considerado uno de los más modernos de España. Césped, vegetación, pinos. Las tumbas, integradas perfectamente en la naturaleza, hasta el punto que se recomienda a los familiares de los difuntos que traigan sólo flores naturales para que puedan ser recicladas en el entorno. Cincuenta hectáreas de terreno donde han apostado por la protección de la flora y fauna de la zona. Es el primer cementerio nacional que obtiene la certificación medioambiental EMAS, que avala su política de gestión del entorno.

El cementerio ofrece alternativas ecológicas a la inhumación, como el Bosque de la Calma, una opción de sepultura que apoya la reforestación del bosque de Collserola con la plantación de un árbol, encina, alcornoque o pino sobre la urna biodegradable con las cenizas del difunto. En definitiva, un cementerio del siglo XXI comprometido con el medio ambiente.

Amadeu Vives regresa a Collbató
Collbató otro de los cementerios de la zona, está estos días está de enhorabuena. Por fin uno de sus hijos más célebres, Amadeu Vives, ha vuelto a casa después de 82 años. Enterrado en Montjuic, a la muerte de sus descendientes y tras ver el estado de abandono de su tumba, ex cantaires del Orfeo Catalá han conseguido que sus restos reposen en la localidad donde nació en 1871.

Sant Feliu de Llobregat alberga como casi todos los construidos en el siglo XIX, un buen número de panteones que entroncan con el estilo del momento: el modernismo. Uno de ellos perteneciente al industrial Manuel Bertrand, afincado en Sant Feliu “la ciudad de las rosas”, donde levantó una de las más importantes fábricas textiles del momento “Can Bertrand”. También hay otras tumbas de estilo neogótico, como el panteón-capilla de la familia J. Ribas Cañameras y algunas más muy interesantes de visitar.

Necrópolis para mascotas
Uno de los cementerios más emotivos que podemos visitar es el de mascotas y pequeños animales, situado en la población de Torrelles de Llobregat. Creado por un hombre amante de los animales, se le ocurrió después de enterrar a su perrita en un solar y darse cuenta que poco tiempo después iban a construir viviendas. Corrió a desenterrarla y la llevó a la finca de un amigo para que pudiera reposar en paz. El amigo tenía unos terrenos que no utilizaba y ambos decidieron montar una necrópolis para mascotas.

La finca que alberga el cementerio desde 1972 se llama Can Valderús y el cementerio “The Loved Ones”, un espacio en plena naturaleza rodeado de vegetación. Cuánto amor y soledad están enterrados en este pequeño camposanto, cuántas historias de abnegación hacia sus dueños las de estos seres. Casi todos, héroes para su familia, algunos héroes de verdad como Dam, el valiente perro que salvó muchas vidas y que después de haber muerto su dueño, siempre tiene su tumba limpia y llena de flores. Los que se acuerdan del animal son los que le deben la vida y demuestran que una vez desaparecida su familia, no está solo y por eso van a visitarlo y a agradecerle que siguen existiendo gracias a su generosidad.

Muchas dedicatorias llenas de emoción, como “Aquí yace la única que me ha querido”. Personas que van a ver a sus amigos para que se sientan arropados, como Manel, de 87 años, que hoy viene acompañado de su nieta, desde hace catorce años visita la tumba de Drap, su adorado perrito. Le echa en falta y se refugia en los recuerdos del que fue su compañero. Otro hombre va dos o tres días a la semana y pasa unas horas delante de la tumba de su pastor alemán, el fiel animal que le salvó de morir quemado mientras dormía. Su mujer y su hijo de corta edad no tuvieron la misma suerte, como tampoco su perro, que entró de nuevo en la casa en pleno incendio para salvarlos y se quedó con ellos para siempre. Lili, Stack, Merlin, Linda, Dolca, Triski, Perla “Te queremos” la frase más repetida.

Fenómenos extraños
Para que no falte de nada, se cuenta que en este cementerio se producen fenómenos extraños. Su dueña dice que son tonterías, pero tal vez sean los espíritus de Bastes, la diosa griega que se identifica con la figura de los gatos y que representa el hogar, la alegría, la armonía y la felicidad, quien se pasea por entre las tumbas acompañada de Argos, el perro de Odiseo, rey de Itaca, que al tener que partir abandonó a su amigo y éste, lleno de tristeza, se acostó y esperó 20 años el regreso de su dueño, porque siempre supo que volvería, y cuando por fin Odiseo regresó envuelto en harapos, sólo Argos le reconoció, aunque ya no pudo correr hacia él. Movió su cola, dejó caer sus orejas y por fin pudo morir en paz después de haber vuelto a ver a su dueño. Ambos, seguro que se pasean por el lugar deseando que los que viven allí se sientan felices y en familia.

Memorial de los periquitos
Otras opciones están diseñadas sólo para hinchas de fútbol. En Cornellá, en las instalaciones del RCD Español, existe un espacio Memorial donde se ofrece la posibilidad de dar destino a las cenizas de los seguidores del club. Es decir, que si tu Dios es el RCD Español y Zamora es tu profeta, qué mejor lugar para esperar la eternidad que al lado del estadio de tus amores y formar parte de su grandeza y, además, rodeado de aficionados con los que poder discutir la última jugada.


¿Te ha parecido interesante esta noticia?    Si (1)    No(0)

+
1 comentarios