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La Asociación Gent i Futur de Cornellà enseña a coser para que las paradas encuentren trabajo
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La Asociación Gent i Futur de Cornellà enseña a coser para que las paradas encuentren trabajo

Por Beatriz Fontseré
viernes 21 de noviembre de 2014, 10:49h
El curso, totalmente gratuito, representa una oportunidad para aprender una nueva profesión y, así, encontrar trabajo. El 3% de las participantes acaban trabajando de costureras y casi la mitad encuentra empleo antes de acabar el curso
Treinta mujeres comienzan este mes de octubre un curso de introducción a la moda y confección para aprender a coser y encontrar un trabajo dentro de este oficio. La mayoría son jóvenes, paradas y, en la mitad de los casos, inmigrantes. Necesitan trabajar y la asociación Gent i Futur les ofrece esta oportunidad gratuitamente. El curso está dividido en diferentes partes y comienza desde una formación muy básica hasta la utilización de planchas industriales. Durante un año -o dos- aprenderán los principales conceptos de la costura: enhebrando una aguja, elaborando patrones y cosiendo con máquinas. “El objetivo del curso es darles una oportunidad para que aprendan y trabajen”, explica la presidenta de la asociación, Mati Gómez. Gent i Futur, la antigua entidad Amigas de la Moda, les ofrece todos los instrumentos necesarios sin coste alguno, a excepción del libro, que cuesta 20 euros y que pueden pagar en cómodos plazos. “Este año les cobramos el libro desde el inicio del curso para que se lo puedan llevar. [En voz baja] En años anteriores nos hemos encontrado que algunas se los llevaban a casa para practicar y luego perdían el libro o dejaban de venir al curso y se olvidaban de devolverlo”, confiesa la presidenta.

Precisamente la experiencia de muchos años son los que demuestran la efectividad de este taller, que tiene una inserción laboral del 3%, según la responsable. “Entre una o dos mujeres cada año encuentra trabajo como costurera y el resto, de otra materia. De las 30 alumnas que comienzan, suelen acabar 12 ó 13 que, en su mayoría, son musulmanas y no buscan trabajo fuera de casa”. Pero a pesar de que la mayoría de mujeres musulmanas que se apuntan al taller no busca trabajo por orden de sus maridos, también se benefician con este curso, porque aprenden a coser y confeccionan sus propias prendas. De esta manera, también se ahorran dinero y pueden sacar algún extra vendiendo entre sus amigas sus propias creaciones.

Los orígenes del taller de Introducción a la moda son remotos, son Julia Relancio, una costurera vasca y vecina de Cornellà que tiene patentado un sistema de patronaje industrial. En la década de los ochenta, Julia, la primera presidenta de la entidad, empieza a impartir clases de costura para jóvenes en situación de exclusión social. “Era una época donde en el barrio San Ildefonso había mucha droga y muchos de los chicos y chicas que venían, tenían problemas muy gordos. Yo les enseñaba y al menos, durante tres horas, los sábados por la tarde, les alejaba de su mundo”, explica Relancio. El espíritu social siempre ha estado presente en esta asociación, sobre todo, gracias a Julia, uno de los rostros más amigables y sensibles de Cornellà. Desde que en 1986 se fundara el Centro Cívico de San Ildefonso, empezó a impartir de forma asidua este taller, hasta que en 1993 funda la entidad Amigas de la Moda y crea un paquete de actividades para aprender a coser y ayudar a mujeres –actualmente también se imparten clases de cocina o de yoga-. Con la avalancha de inmigrantes de los 90, la entidad se plantea crear un curso para ellas y concreta el taller de introducción a la moda, que, posteriormente, con el estallido de la crisis, se abre a todas las mujeres paradas -autóctonas o extranjeras-. “Eliminé la guardería que teníamos para ahorrarnos el sueldo de la cuidadora y dedicar ese salario al curso de introducción a la moda; así fue como pasamos de impartirlo gratuitamente a 12 alumnas hasta las actuales 30”, recuerda Julia Relancio.

Cornellà ha celebrado a finales de septiembre la décima edición del Encuentro de Entidades, donde, entre otras cosas, se reconoce el esfuerzo de las asociaciones locales. Unas asociaciones donde destaca el peso de Gent i Futur, que ha sabido adaptarse a los nuevos tiempos y a las nuevas necesidades de los ciudadanos, especialmente, de las mujeres.
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