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“Cuina amb fruties” o cómo comer arte se convierte en un tratado sobre el placer
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“Cuina amb fruties” o cómo comer arte se convierte en un tratado sobre el placer

Por Joan Carles Valero
viernes 12 de diciembre de 2014, 03:56h
Los responsables del ‘Cuina Miracle’ de Sant Just Desvern publican este libro con recetas obra de arte a partir de fruta. Arte y cocina se fusionan a partir de la creatividad de Serra y Targarona y las imágenes de Pladellorens
Aunque la cocina del restaurante Cuina Micacle, de Sant Just Desvern, se base en recetas tradicionales, sus responsables, Miracle Serra y Joan Targarona, madre e hijo, han publicado el libro “Cuina amb fruites” (Viena Edicions) donde presentan con gran profusión gráfica las exploraciones que han hecho para buscar las conexiones entre sus platos y los diferentes tipos de frutas.

No sólo para dar un toque exótico y artístico en la presentación de los platos, sino para potenciar así las sensaciones que producen y multiplicar hasta el infinito los gustos, los aromas, los colores, las texturas…En definitiva, lograr que no sólo el paisaje esté en el plato, sino que el plato sea en sí mismo una obra de arte.

Ilustran las recetas unas brillantes fotografías de Xavier Pladellorens y las coloristas pinturas de Miracle Serra, una cocinera cuyas inquietudes artísticas le movieron a dedicar parte de su vida a maridar la cocina con el arte. Una propuesta que supone literalmente comerse el arte. Porque la señora Miracle, que creció productos de la huerta en un hogar de pagès y detrás del mostrador del supermercado familiar que abrieron sus padres en 1952 en Sant Just Desvern, prácticamente el primero que existió en Cataluña. De esta forma, Miracle ha convivido desde muy pequeña con las frutas. A los 11 años le regalaron su primer libro de cocina, y su camino fue ya siempre el de los fogones, que combinó con sus estudios de Bellas Artes. De esta forma, el arte de la cocina tomó cuerpo hasta llegar a publicar este libro, en el que las dos disciplinas se dan la mano.

Junto a su hijo Joan Targarona, ambos comprometidos con la sostenibilidad y la comida sana, crearon el libro de recetas a partir conceptos claros y de pintar los platos o viceversa. Cocina de colores, de gustos sacados de contexto de la realidad repetitiva, platos de tonos combinados que se convierten en prosa poética de la gastronomía en la que la expresividad estalla y se extiende.

Hace unos 15 años, además de continuar junto a su hermano el supermercado de los padres, Miracle inauuró una tienda de comida para llevar, lo que le permitió desarrollar una parte más creativa de la cocina. Desde que su hijo Joan decidió convertirse en su pilar en la cocina, hace diez años abrieron el restaurante Cuina Miracle, de cocina sencilla, tradicional, que siempre busca la calidad, respetuosa con la salud y la naturaleza. Durante un año, madre e hijo han protagonizado un programa de cocina en la televisión de Esplugues e impulsan cursos de cocina temática: cocina de temporada o de diversos países. Y programan cursos de cocina muy divertidos para el Centre Cívic Joan Maragall, de Sant Just Desvern, en colaboración con el Ayuntamiento, además de colaborar haciendo tapas con los mejores diseñadores para un consorcio empresarial.

El resultado del libro, profusamente ilustrado por fotografías y pinturas, es que cocinas con frutas resulta un placer, un placer para los sentidos. Porque, como dice Miracle, “es cocinar para el paladar, para los ojos, para el gusto, para las texturas que gozaremos: es la mejor manera de cocinas”. Porque con los alimentos se pueden hacer maravillas. De lo que se trata es buscar contrastes y lograr maridajes que se complementen. Con la fruta fresca o los frutos secos se puede conseguir cocinar un montón de platos, siempre con la intención de obtener resultados sorprendentes y apetitosos. Las frutas, en platos como las ensaladas, por ejemplo, resultan de lo más frescas y divertidas. Y, tanto con el pescado como con la carne, permiten una gran gama de combinaciones que consiguen contrastes de sabores diversos y texturas diferentes. Además de lograr obras de arte en el plato. El refranero popular ya lo dice: Cuando hay fruta en la huerta, hay amigos en la puerta.
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