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Del Guanyem local al Guanyem comarcal

viernes 12 de diciembre de 2014, 04:08h
“Si lo que se quiere es un cambio, el cambio debe empezar por los que hasta ahora han utilizado los resquicios para compartir poder sin compartir programa”
Dicen los que se mueven por los ayuntamientos que hay nerviosismo entre los equipos municipales porque jamás como hasta ahora estuvo tan incierto el resultado de las municipales próximas. Se pueden constatar varias certezas, más allá de las evidentes: que el cabreo rebosa el contingente de paciencia y serenidad de que ha hecho gala hasta ahora la ciudadanía. Una de las certezas, a poco que indagues por ahí, que la gente tiene ganes de votar. Que no se va a quedar en casa en las próximas municipales como tantos han hecho tantas veces, a fuerza de ser incapaces de modular, siquiera un poco, la abrumadora mayoría de los de siempre. Esta vez la gente quiere participar porque tiene la sensación, ingrávida pero elocuente, de que se puede producir un cierto cambio. Por lo menos, que los que siempre ganaron, lo van a tener difícil y que los que siempre perdieron, tienen alguna remota posibilidad. Otra de las certezas es que se asiste a un momento en el que la unidad de los perdedores eternos aparece en el horizonte como imprescindible, de ahí que el movimiento de Guanyem esté adquiriendo un relieve que era impredecible hace solo tres meses. No todos los municipios tienen su Guanyem. Pero donde haya un Guanyem habrá una competencia reconocible y unas posibilidades reales de tener representación y cierto peso. Y eso lo temen los partidos de siempre que aquí en la comarca es, sobre todo, el PSC.

Así que las próximas elecciones municipales no van a ser, previsiblemente, más de lo mismo. Aquí no suelen haber encuestas, excepto en los municipios con posibles, que ahora son cada vez menos.

Por eso hay que guiarse a nivel general por el olfato, y el olfato informa que si hay nervios es porque hay incertidumbre, y si hay incertidumbre es porque hay una masa copiosa de ciudadanos que están hartos del bipartidismo a nivel estatal, autonómico y municipal. Que están hartos del PP y del PSOE en el conjunto del Estado, del PSC y de Convergencia en Catalunya y del PSC y, en cierto modo de Iniciativa, en el Baix Llobregat. Si los pronósticos se confirman y para que se confirmen hay todavía mucha tela que cortar, empezando por el acierto en la unidad de las candidaturas populares, siguiendo por el atractivo de las listas y terminando por el atrevimiento de los programas, van a desaparecer las mayorías absolutas, que hasta ahora han sido absolutistas, y van a tenerse que gobernar los ayuntamientos a base de pactos y, necesariamente, a poco que la nueva cultura del programa, programa, programa, progrese y se consolide, a base de propuestas y no de sillones. Por lo menos, no exclusivamente de sillones como hasta ahora.

En lo dicho hasta aquí, dos cuestiones peliagudas. La primera, que las candidaturas de Guanyem cuentan en muchos sitios, con el apoyo de la gente de ICV-EUiA. La segunda, que la cultura del programa, programa, programa sigue siendo una cultura minoritaria y más —en la práctica, que no en la teoría—, si se cuenta para su implantación con los ecosocialistas y sus adláteres.

No seré yo quien reniegue de las inmensas posibilidades que ofrece una candidatura unitaria de Guanyem con ICV y EUiA, pero hay que estar atentos, porque si lo que se quiere es un cambio, el cambio debe empezar por cambiar a los que hasta ahora han utilizado los resquicios para compartir poder sin compartir programa, aceptando inaceptables servidumbres y comprendiendo incomprensibles actitudes del poder. El movimiento unitarista es todavía precario, a mi juicio y, me temo que, salvo que las cosas se aceleren porque la dinámica social considere que la única válvula de escape a esta caldera a punto de estallar, sean unes elecciones que fuercen un cambio real empezando por los ayuntamientos, va a tener un carácter excesivamente localista. Fijo mi atención justo en esa otra posibilidad potencial: que el movimiento de Guanyem a nivel local tenga una dimensión de comarca, que incluya programas de comarca y objetivos a nivel comarcal, en los que todas las candidaturas locales puedan converger.

Transparencia. Representatividad. Efectividad
No hace falta ser muy exhaustivos ni plantear programas de máximos. Hay unas cuantas cosas que pueden resultar imprescindibles a nivel comarcal, la mayoría de las cuales ya están inventariadas. Y pasan, en buena parte, por la estructura administrativo-institucional descentralizada que hoy es un gigante esclerótico pero al que hay que reanimar si todos lo reclamamos y nos ponemos a ello. Me refiero, claro está, al Consell Comarcal, a las entidades de servicios mancomunados del Área Metropolitana de Barcelona, a la Diputación, a los entes mixtos que tratan temas sociales, agrícolas, económicos o turísticos, etc. Se trata de reclamar su transparencia, su representatividad, su efectividad política y económica. Y eso puede y debe hacerse desde las candidaturas unitarias para no olvidar esa dimensión territorial que nos incluye como comarca.

Pero la comarca es todavía mucho más que eso. Es mucho más que sus ayuntamientos, su sociedad civil y económica y sus instituciones descentralizadas de servicios comunes. La comarca es también un espacio de relación ciudadana. Un espacio de cultura y un espacio de información. Todo ayuda a prosperar como colectividad pero la información es esencial. Esta comarca ha sido pobre en muchas cosas pese a que sus ayuntamientos han manejado dinero a espuertas en los momentos óptimos. En lo que ha sido más pobre, la información se ha llevado la palma. No hemos tenido un solo medio comarcal de peso, de influencia, ajeno a todos los poderes, con capacidad crítica y de control del poder, autónomo financieramente, desde que se acabó la dictadura (y desde luego, tampoco durante la misma). Ni un medio escrito, ni un medio hablado, ni un medio audiovisual, digno de tal nombre y con la capacidad de pervivencia imprescindible para jugar su papel. Ya es hora de que el cambio político que se pretende, tenga en consideración la importancia de la prensa (en genérico, prensa escrita, radio y televisión) en un territorio comarcal de 31 municipios y el mismo tamaño demográfico de una gran ciudad como Barcelona.

Si las candidaturas unitarias de Guanyem a nivel local quieren representar ese cambio de cultura, deben considerar la necesidad de reivindicar y de proponer en sus programas, una prensa pública libre para el Baix Llobregat. Una medida profiláctica para la democracia que marca la diferencia entre el régimen que hemos sufrido y el que hay que alumbrar.
Del Guanyem local al Guanyem comarcal
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