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Un vertido tóxico de dioxano en el río Llobregat recrudece la “guerra del agua”
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Un vertido tóxico de dioxano en el río Llobregat recrudece la “guerra del agua”

miércoles 18 de marzo de 2015, 00:27h
Agbar acusa a Acciona de ser la culpable de un vertido de dioxano que ha impedido a la planta de Sant Joan Despí captar agua del río
Ha estallado una nueva crisis en el Baix Llobregat. Y no, no es financiera. En este caso, se trata de una causada por diversos compuestos de dioxano, una substancia de origen industrial cuya principal característica es el fuerte olor que desprende. En este sentido, Agbar afirma que “estos olores son muy perceptibles en la salida del agua del grifo”.

Agua de Barcelona (Grupo Agbar) suministra, desde su potabilizadora en Sant Joan Despí, el agua al área metropolitana. Sin embargo, esto, desde el pasado 29 de enero, tras una revisión rutinaria en la que se detectó el problema, no ha sido posible y la principal causa han sido estos vertidos contaminantes en el río Llobregat.

La potabilizadora, por tanto, ahora mismo, funciona con los caudales de las reservas subterráneas, aunque a un tercio de sus posibilidades: ha pasado de tener una capacidad para tratar 5,3 m3 por segundo de agua a tener una para 1,6m3.

La guerra Agbar – Acciona continúa
La Agència Catalana de l’Aigua (ACA) lleva tiempo investigándolo. Agbar acusa a Acciona de ser la culpable al gestionar dos depuradoras (la de Abrera y la de Igualada) con productos que habrían causado el problema. La empresa de José Manuel Entrecanales lo niega. Los técnicos de Agbar, además, llegaron a la conclusión de que el problema fue causado en la última fase del proceso de depuración.

Más adelante, el pasado 5 de febrero, un técnico del laboratorio de Aguas de Barcelona tomó muestras; los resultados indicaron que los subproductos usados en la codigestión eran, efectivamente, los culpables. Por ello, Agbar solicitó al ACA que no se empleen estos productos. Desde entonces, la contaminación de dioxano ha disminuido, aunque no lo suficiente todavía como para utilizar el agua superficial, tal y como así se lo manifestó Agbar a la ACA el pasado 24 de febrero mediante una carta. Acciona, por su parte, se defiende afirmando que está “colaborando con la Agència de l’Aigua en los análisis del agua que han solicitado para subsanar el problema surgido en la potabilizadora. En nuestros análisis internos de control de calidad habituales no aparecen dichas sustancias que, por otra parte, no utilizamos en el tratamiento del agua”.

La agencia, finalmente, explica que “las concentraciones de dioxano pueden originarse a partir de residuos industriales o de subproductos de procesos o manipulados industriales, ya sean vertidos al medio o a través de sistemas de saneamiento”. Además, añade que se trata de una substancia “que se utiliza en detergentes y champús de niños y cuyo principal problema es que genera un olor muy fuerte”.

Pese a todo, el agua, para el área metropolitana de Barcelona, está garantizada gracias a las plantas de Abrera y de Cardedeu, que potabilizan agua procedente de las cuencas del Llobregat y del Ter, respectivamente

Denuncia en Bruselas
Ante tal situación, el Grupo Agbar formalizó una denuncia, durante la mañana del 9 de marzo, contra España ante la Secretaria General de la Comisión Europea en Bruselas. El motivo fue “la vulneración de derecho comunitario”. Agbar denuncia también “el incumplimiento sistemático de la Generalitat de las resoluciones judiciales que le obligan a excluir a Acciona de ATLL”. Esto ha obligado a la administración catalana a convocar la Mesa de Contratación.

La plataforma ecológica Aigua És Vida, por su parte, denunció el 11 de marzo la contaminación por dioxano en el Llobregat y acusó a la ACA de no “ejercer su papel regulador para velar por el interés general”. III
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