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El MWC desde dentro
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El MWC desde dentro

miércoles 18 de marzo de 2015, 01:00h
El Mobile World Congress 2015 ha sido como un expresso, corto pero muy intenso. Cuatro días levantándome a las seis de la mañana y volviendo a casa de noche. Maquillándome, comiendo y corriendo arriba y abajo… siempre con prisas.
Eso sí, me tomaba el tiempo necesario para explicar el producto que exponía. A algunos cinco minutos a otros más de media hora. A algunos a lo mejor porque les interesaba el producto, a alguno que otro porque quería algo más que una conversación.

Ha sido la primera vez que me he sentido extranjera en mí ciudad, cuando en la tarjeta de los asistentes podía leer un nombre en español me sentía aliviada y a la vez feliz. He podido escuchar acentos de todas las partes del mundo. De Pakistán, Francia, Alemania, China, Japón, Estados Unidos, Gran Bretaña… Todos comunicándonos en la misma lengua y con un mismo objetivo, conocer y dar a conocer.

Si os preguntáis qué ambiente se respiraba dentro del MWC, la respuesta es frío. Ya que la mayoría de los asistentes vestían con traje, el aire acondicionado estaba aproximadamente a unos dieciséis grados. Como era de esperar me he resfriado después de permanecer allí dentro doce horas al día con un vestido palabra de honor. A parte, estar todo el día en aquella nave daba la sensación de estar dentro de un casino, sin ventanas y donde todo parece ponerse stand by.

Aun que fuera el primer año que todos los asistentes y trabajadores del MWC se les daba una tarjeta de una zona ilimitada para viajar durante esos cuatro días, cada mañana para entrar y salir de los ferrocarriles se formaban unas avalanchas de gente, pero educadamente respetaban el espacio y las colas.

A nivel general la gente era muy amable y educada, se interesaban por el producto y por nuestro bienestar. Incluso algunos compañeros de mantenimiento del congreso nos traían cafés para
evitar bostezar después de muchas horas de trabajo.

Muchos visitantes no se sentaban ni a la hora de comer, paseaban por los estantes con un plato preparado y tenedor en mano, escuchando las explicaciones entre bocado y bocado. A diferencia de ellos también había los que degustaban los mejores restaurante de la zona, L’Hospitalet.

Sin darme cuenta llegó el último día y la afluencia de público cayó en picado. Las últimas exposiciones, las despedidas y las fotos cerraron la convención. Con vistas al próximo febrero de 2016 espero que el Mobile World Congress sea igual o más exitoso que el de esta edición. III
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