Cervelló

Cervelló inaugura su primer tanatorio del municipio

Redacción | Viernes 02 de febrero de 2018

El nuevo equipamiento, construido por Áltima y gestionado por su filial GIC de Nomber, estará ubicado en la calle Joan Torruella i Urpina, al lado del cementerio municipal



Las familias de Cervelló ya no se tendrán que ir, desde este domingo, a otros municipios para velar a sus difuntos. Cervelló estrena con una jornada de puertas abiertas (de 11 a 13 horas) el nuevo equipamiento funerario que, construido por Áltima y gestionado por su filial GIC de Nomber, empezará a funcionar en la calle Joan Torruella i Urpina, número 1, junto al cementerio municipal.

“Este tanatorio es un servicio necesario en nuestro municipio que evitará que los vecinos y vecinas que pasen por un proceso de defunción se tengan que desplazar a otras poblaciones para hacer el velatorio”, ha dicho el alcalde de Cervelló, José Ignacio Aparicio, que valoraba positivamente la cercanía del cementerio, lo que permite ir incluso a pie.

Con una inversión de 285.000 euros, el equipamiento –proyectado por el arquitecto Xavier Alba- dispone de una sala de velatorio, además de dependencias de atención personalizada a las familias, un vestíbulo polivalente para ceremonias, una zona exterior ajardinada y el acceso directo al cementerio.

En total, 114 metros cuadrados de tanatorio que se suman a los otros diez equipamientos de estas características que Áltima gestiona en todo el Baix Llobregat, territorio en donde tiene una presencia destacada: “El tanatorio de Cervelló es un equipamiento a medida de todos los cervellonenes, que ofrece todas las prestaciones para garantizar un servicio cercano y de calidad”, ha dicho el director general de Áltima, Josep Ventura.

Áltima, grupo líder en la provincia de Barcelona, da cobertura a 190 poblaciones de toda Cataluña a través de 30 tanatorios, siete complejos crematorios y 19 cementerios. Entre ellos, muchos son de L’Hospitalet (Ronda y Gran Via) y del Baix Llobregat. Destaca su cementerio comarcal Parc de Roques Blanques, en el Papiol, considerado uno de los mejores de toda España.