El Ministerio de Transportes ha confirmado el inicio de las obras de mejora de la conexión entre la B-40 y la A-2, en el entorno de Abrera y Esparreguera.
La apertura de la autovía B-40 entre Olesa y Viladecavalls, en febrero de 2024, el tráfico entre el Baix Llobregat y el Vallès Occidental es mucho más fluido, gracias a la conexión directa de Terrassa con la A-2. Ahora bien, la puesta en marcha de la nueva autovía también ha generado un aumento considerable del tráfico, especialmente en el enlace con la A-2. Al superar las expectativas de afluencia, el tramo se ha convertido en una zona de riesgo a nivel de seguridad vial, con frecuentes atascos y accidentes en poco más de un año.
Para hacer frente a la actual demanda de tráfico en este entramado de carreteras, el Ministerio invertirá 32,6 millones de euros en mejorar la conectividad de la B-40, en una y otra comarca. Las obras en el tramo del Baix Llobregat avanzan a buen ritmo, según ha confirmado el Ministerio, y comenzarán el próximo lunes 2 de junio.
Las obras se centrarán en reforzar la capacidad del enlace entre las carreteras. Una de las principales actuaciones será la ampliación de la A-2 (sentido Lleida), con la ampliación de ambos carriles y la construcción de un tercer carril entre los enlaces de Olesa y Esparreguera. Además, para garantizar la seguridad en la carretera, se construirá un carril trenzado que facilitará las maniobras en el tramo.
También se mejorarán los ramales del enlace 580 (Esparreguera), con la construcción de una nueva pasarela peatonal, y se construirán nuevos pasos superiores en el marco del Torrent del Mal. En el término municipal de Olesa, se desplazarán y repondrán los accesos de la carretera N-2a, con la ampliación del ramal de incorporación.
Las ampliaciones de la calzada y demoliciones afectarán al tráfico en varios puntos del tramo. Para garantizar la fluidez y seguridad del tráfico durante la ejecución de las obras, se irán habilitando desvíos provisionales, que el Ministerio irá indicando con la suficiente antelación.
Las obras se dividirán en varias fases, tramo a tramo, para minimizar todo lo posible las afectaciones al tráfico y asegurar el funcionamiento de la mayoría de movimientos en las carreteras.