La madrugada del 19 de junio, agentes de la comisaría de l’Hospitalet de Llobregat detuvieron a un varón de 34 años acusado de robo con violencia e intimidación y lesiones. Según la investigación, el agresor metió la mano en el bolsillo de un hombre de más de 80 años para robarle; acto seguido recogió una botella de vidrio del suelo, la rompió y le causó cortes en el cuello y la pierna antes de huir. La víctima fue trasladada a un centro sanitario con pronóstico reservado. Testigos y cámaras de la zona permitieron identificarlo y arrestarlo pocas horas después, en la misma área donde cometió el asalto. El detenido suma 25 antecedentes, la mayoría por robos violentos.
El caso llega en un momento en que los Mossos d’Esquadra han intensificado la presión sobre los delincuentes habituales. Entre 2021 y 2024, el número de multirreincidentes (siete o más detenciones) se duplicó un 140 % en Cataluña, hasta 637 individuos responsables de casi 7.000 hechos delictivos; buena parte de ellos se concentran en robos con violencia y hurtos. Solo en 2024, Barcelona detuvo a 452 ladrones reincidentes vinculados a más de 9.000 delitos, una línea de trabajo que ha contribuido a reducir los hurtos un 7 % y los robos con violencia un 8 % en la capital catalana.
Para frenar la espiral delictiva, Interior y la Generalitat pondrán en marcha en 2025 cinco nuevos juzgados dedicados a delitos leves y hurtos reincidentes, con el fin de agilizar juicios rápidos y reforzar las medidas cautelares. Paralelamente, los Mossos mantienen el operativo Kanpai, que combina patrullaje preventivo, bases de datos compartidas y colaboración con servicios sociales para cortar la carrera delictiva de los reincidentes.
El detenido de l’Hospitalet pasó a disposición del juzgado de guardia y se enfrenta a penas que podrían superar los cinco años de prisión, agravadas por la violencia ejercida sobre una persona vulnerable y la multirreincidencia. Mientras la policía celebra la rapidez del arresto, reconoce que los robos violentos cometidos por delincuentes habituales siguen siendo uno de los grandes retos de seguridad en la conurbación barcelonesa.