Viladecans

De edificio okupado a geriátrico: el sorprendente giro del antiguo Casino d'Alba-rosa de Viladecans

Naomi Adell | Jueves 17 de julio de 2025
Tras años de abandono, okupación ilegal y numerosas quejas vecinales, el antiguo Casino d’Alba-rosa en Viladecans será transformado finalmente en una residencia para personas mayores con centro de día, gracias a un proyecto promovido por la empresa Rudrosa. El edificio, que fue desalojado por orden judicial el pasado mes de junio, llevaba cerrado desde 2006 y se había convertido en un foco de conflictos, deterioro y problemas de convivencia. Ahora, con el apoyo del Ayuntamiento de Viladecans y el compromiso de la nueva propiedad, el solar acogerá un equipamiento social con plazas concertadas, que dará un nuevo uso y revalorizará un espacio que había sido un símbolo de la prosperidad del barrio y de la ciudad antes de degradarse como paradigma del abandono en el barrio.

Lo que durante años fue un símbolo del abandono y el conflicto vecinal, pronto se transformará en un espacio útil y necesario para la ciudad. El antiguo Casino d’Alba-rosa, ubicado en el número 22 de la calle Gardènies, en Viladecans, será sustituido por una residencia para personas mayores con centro de día incluido, según han anunciado sus nuevos propietarios tras una reunión con la alcaldesa de Viladecans, Olga Morales. El edificio, que en su día albergó un centro social y restaurante, llevaba cerrado desde 2006 tras su venta por parte de la cooperativa vecinal a un particular. Desde entonces, el inmueble ha venido deteriorándose hasta convertirse en un foco de problemas: primero por su mal estado estructural y, más recientemente, por su ocupación ilegal, especialmente conflictiva en los últimos meses por los ruidos y disturbios que sus ocupantes causaban al vecindario.

Representantes de la propiedad del casino d'Alba-rosa con la alcaldesa Olga Morales

El vecindario llevaba años denunciando la triste situación del viejo casino y el Ayuntamiento también ha presionado en los últimos tiempos en busca del final feliz que parece haberse conseguido ya con este anuncio. Desde 2013 se habían emitido informes negativos sobre el estado del inmueble, y en los últimos años se intensificaron los controles policiales, con presencia de la Policía Local y los Mossos d’Esquadra, además de la creación de un dispositivo especial de convivencia. Vecinos afectados por la situación presentaron ya entonces numerosas denuncias por alteración de la convivencia.

Desalojo, demolición y nuevo proyecto

Finalmente, el pasado 19 de junio, el juzgado ordenó el desalojo del edificio, que fue ejecutado por las fuerzas de seguridad. Días después, el 27 de junio, los nuevos propietarios —una sociedad vinculada a la promotora Rudrosa— solicitaron el permiso de demolición, y el 30 de junio se reunieron con la alcaldesa para presentarle su proyecto: una residencia para unas 80 personas, con centro de día y plazas concertadas con la Generalitat de Catalunya.

Olga Morales ha celebrado el anuncio, afirmando que se trata de “una solución largamente esperada para un espacio conflictivo, que ahora tendrá un uso social de gran valor para la ciudad”. Además, señaló que esta futura residencia complementará los servicios que ya ofrece el Casal d’Alba-rosa a las personas mayores del barrio. La empresa promotora se ha comprometido a comenzar las obras lo antes posible, cerrando así una etapa de abandono e inseguridad y abriendo una nueva etapa en la que este espacio volverá a estar al servicio de la comunidad.

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