Dos años después de su fallecimiento, su hija da la noticia del hallazgo de una aventura inédita completa que su padre había finalizado en 2014. Y la comparte con todos nosotros, los entregados disfrutadores de las creaciones del maestro Ibáñez.
Rompetechos, la familia Trapisonda, 13 Rue del Percebe… supusieron para una legión de pequeños lectores, y no tan pequeños, momentos inolvidables acompañando a estos increíbles personajes.
Pero, sin duda, Mortadelo y Filemón son punto y aparte en las preferencias de los seguidores del excelso historietista. Con ellos repasó a lo largo de su fecunda etapa creativa todos los temas que eran de candente actualidad en cada momento de su trayectoria vital. Y lo hizo a su estilo, Ibáñez total; para, al tiempo que ejercía de testigo de todo lo que acontecía, provocarnos las carcajadas con las situaciones que tan magistralmente reflejaba en sus viñetas. ¡Hasta los insultos adquirían categoría especial en sus pletóricos e indescifrables ideogramas cargados de onomatopeyas imposibles!
Nunca evitó los temas por más polémicos que fueran: ¡OKUPAS! (2002); PROHIBIDO FUMAR (2006); EL DOPAJE…¡QUÉ POTAJE! (2007); LA LITRONA…¡VAYA MONA! (2013); ELECCIONES (2015)…Y EL TESORERO (2015), basado en las fechorías de un supuesto criminal que ha vaciado la tesorería del Partido Papilar…¿os suena un tal Luis B. con su icónico gesto del grosero dedo corazón levantado, la célebre peineta del personaje? En todos esos casos los osados e intrépidos agentes de la T.I.A., con el Súper al mando y la impagable secretaria Ofelia, llevaron a cabo los más desternillantes procesos de investigación… y derribo, por supuesto.
Y ahora, por esa casualidad del oportuno hallazgo, podemos disfrutar de la ¿última? aventura que protagonizan los incombustibles Mortadelo, Filemón y todos sus acompañantes clásicos.
HACHÍS…¡SALUD! (Bruguera- Penguin Random House, 2025) es el magnífico e inesperado regalo que podemos disfrutar los agradecidos seguidores del gran FRANCISCO IBÁÑEZ. Este álbum no fue publicado en 2014, fecha de su composición, para no interferir con el lanzamiento editorial del ya comentado El Tesorero, que por entonces acaparaba todo el foco mediático. En esta ocasión, Ibáñez trata el problema del contrabando de hachís y sus implicaciones tanto en salud como en seguridad y lo hace, como no podía ser de otra manera, con el humor y sarcasmo que son marca de la casa. No pierde ocasión para, como si no quiere la cosa, ir dejando geniales pinceladas en torno a los asuntos que, paralelamente al debate que suscitó la posibilidad de despenalizar el cultivo de cannabis (2013), estaban entonces de rabiosa actualidad. Sirva de muestra la viñeta en que el Súper le pide a Ofelia que le “traiga el Tomo 11 de la lista de políticos imputados” en diferentes procedimientos relacionados con la corrupción…algo que, visto lo visto, en los tiempos actuales andaría ya por el tomo ¿25?
En fin, que menos mal que Ibáñez nos lo contaba a su “manera”…para hacernos más llevadero el bochorno insufrible que tales comportamientos nos provoca. “¡Burro, pollino, jumento, solípedo…!” ¡Y qué bien sabía “insultar” Francisco Ibáñez! Pena de lo soez de los actuales adjetivos descalificantes que acostumbran a utilizar numerosos próceres de la patria, que lo único que demuestran es una imaginación grosera…y que no han leído y disfrutado con nuestros inestimables Mortadelo y Filemón.
Os deseo, querid@s lector@s empedernid@s, una sucesión de carcajadas para acompañar, una vez más, a nuestro IBÁÑEZ MÍTICO. III