La agudeza de Álex Villa

Por Leontxo García, periodista especializado en ajedrez de EL PAÍS.

El prometedor juvenil catalán explota la fuerza de sus alfiles con virtuosismo táctico, por medio de dos golpes brillantes. La brillante trayectoria de Álex Villa desde niño se consolidó en agosto con el bronce en el Campeonato de España sub-18 y esta brillante victoria.

Desde la apertura se alcanza una estructura muy instructiva. Como señala el análisis, “este tipo de posiciones son interesantes para analizar y aprender; el peón en d4 es más fuerte que débil, y por tanto da, en principio, un juego cómodo a las negras, quienes además carecen de otras debilidades; ahora bien, los alfiles blancos son potentes, y lo serán más aún si Atares toma en e2; la situación sería distinta si un caballo negro lograra instalarse sin problemas en d5, pero eso no ocurrirá.”

Las blancas disponían de un plan alternativo en el ala de rey. Por su parte, “el problema de apostar por el caballo en d5 es que no sería muy estable …, y la posición blanca sería claramente preferible”.

Llega entonces una decisión crítica de las negras: “una decisión muy discutible, como demostrará la partida; … parece más sensato.” Más adelante aparece una novedad cuyo defecto principal es de estabilidad: “la inestabilidad vuelve a ser el gran problema de las negras, que no podrán mantener mucho tiempo esta torre en e6; por tanto, era mejor lo conocido”. Tras la serie de simplificaciones acertadas por parte de Villa, el veredicto es nítido: “clara ventaja blanca”. En ese tramo, una elección blanca es “no está mal, pero era mejor …” para apretar aún más.

Se alcanza el momento importante: “Villa ve que el cambio de torres le daría un final muy favorable de alfil contra caballo; pero ese cambio implica un problema táctico, que resolverá con brillantez.” A partir de ahí, el plan es metódico: activar el rey, fijar debilidades y coordinar el alfil largo con la mayoría de peones. En esa fase, las negras tenían una defensa más natural (“…”), pero optaron por otra ruta menos precisa; poco después, “facilita la tarea de Villa; había que jugar …”. Se llega entonces a la posición crítica señalada en el original (diagrama), desde la cual la técnica del bando blanco resulta concluyente.

El tramo final refleja el control total de Villa: el avance de peones está bien calculado, las entradas del rey son seguras y el alfil domina al caballo. Sin contrajuego real, la evaluación ya no ofrece dudas… “y Atares se rindió.” 1–0

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