Una nueva explosión de un patinete eléctrico ha vuelto a encender todas las alarmas en L’Hospitalet, una alarma que puede hacerse extensible al resto de municipios del Baix Llobregat. Y es que el incendio, originado durante la carga del vehículo en una vivienda del barrio de La Florida, ha dejado tres heridos leves por inhalación de humo, graves daños materiales y una vivienda inhabitable. No es un hecho aislado: en los últimos meses, este tipo de incidentes se ha repetido en la ciudad, mientras crece la preocupación por las baterías de litio, tanto en viviendas como en plantas de residuos. Las autoridades locales de la segunda ciudad de Cataluña han intensificado las sanciones, con más de 600 multas y 202 patinetes requisados solo en el primer semestre del año por modificaciones ilegales. La situación no solo afecta a la seguridad ciudadana, sino que reabre el debate sobre el uso, almacenamiento y control de estos vehículos de movilidad personal que, mal gestionados, pueden convertirse en auténticas bombas de relojería urbanas.
Los patinetes no están demasiado bien vistos en L'Hospitalet. Primero, por las conductas incívicas de muchas de las personas que los conducen. Segundo, porque son utilizados con fines delictivos por rateros para dar tirones en plena vía pública y, tercero, por su potencial explosivo, porque son como tener una bombar de relojería como prueba el incendio declarado en un bloque del barrio de La Florida hace solo unos días. Y es que este miércoles a las 12:14 del mediodía de este miércoles, la tranquilidad del barrio se ha visto interrumpida por un fuerte estruendo que ha hecho temblar los cristales de la avenida Miraflores. Un patinete eléctrico acababa de explotar dentro de un piso de la cuarta planta de uno de los bloques. En cuestión de minutos, el fuego se extendió y una densa nube de humo comenzó a invadir la escalera del edificio.
"Notamos olor a quemado y, de repente, percibimos el humo llenándolo todo", ha explicado a los medios de comunicación una vecina. "Nunca imaginé que algo tan pequeño pudiera provocar tanto caos", ha reconocido la mujer, que afortunadamente salió ilesa del incidente. Cinco dotaciones de Bombers de la Generalitat se desplazaron de inmediato al lugar. En menos de media hora lograron extinguir las llamas, aunque tres personas resultaron heridas leves por inhalación de humo y la vivienda quedó seriamente afectada.
La explosión de la avenida Miraflores no es un caso aislado. Hace apensa cinco meses, otro patinete ardió en la segunda ciudad de Cataluña mientras su dueño lo cargaba en la calle Doctor Martí Julià, en el límite entre los barrios de La Torrassa y Collblanc. El incendio dejó la vivienda "temporalmente inhabitable" y obligó a realojar a dos de los residentes. La Guardia Urbana de L'Hospitalet no dudó en señalar el origen del siniestro: “una combustión durante la carga”. En enero de 2023, un incidente similar se saldó con 21 personas heridas en otro piso del barrio. “Las baterías de litio, si no se manipulan correctamente, son una bomba de relojería”, ha confirmado un portavoz de Bombers de la Generalitat. “La mayoría de estos fuegos se originan por sobrecarga, uso de cargadores no homologados o por dejar el patinete enchufado durante horas sin supervisión”, han precisado las mismas fuentes.
La situación general es tan alarmante que, desde hace casi tres años, los patinetes eléctricos están vetados en el transporte público de Barcelona y su área metropolitana después de un importante incendio en el interior de un tren de Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) provocado por uno de estos vehículos de movilidad personal en Sant Boi, en noviembre de 2022. Ahora no pueden llevarse ni en metro, ni en tren, ni en autobuses. El miedo a una explosión en espacios cerrados y concurridos llevó a la Autoridad Metropolitana del Transport (ATM) a aplicar la medida de forma indefinida, una prohibicción que sigue vigente
Pero la preocupación no termina ahí. Las plantas de tratamiento de residuos del área metropolitana han detectado últimamente un incremento de baterías de litio en la basura doméstica. "La gente las tira al contenedor como si fueran pilas comunes, y eso es un error muy grave", alertan desde la Agencia de Residuos de Catalunya. "Una batería de litio mal tratada puede incendiar una planta entera", aseguran desde la agencia autonómica.
Mientras tanto, el Ayuntamiento de L’Hospitalet intenta poner orden. Según datos oficiales, entre enero y junio de este año se han requisado 202 patinetes eléctricos por estar “manipulados para superar la velocidad permitida”. Además, se han impuesto más de 600 sanciones por uso indebido de vehículos de movilidad personal (VMP). "Vemos patinetes que superan los 50 km/h, algo que no solo es ilegal, sino extremadamente peligroso", ha confirmado un agente de la Guardia Urbana. "Algunos los modifican como si fueran motos, y ni siquiera llevan casco", ha advertido el policía.
Desde el Ayuntamiento de L'Hospitalt recuerdan constantemente la importancia de seguir unas normas básicas: cargar siempre con cargadores originales, no enchufarlos durante la noche o sin supervisión, evitar exponerlos a altas temperaturas y no manipular los componentes eléctricos. "Queremos que la movilidad sea segura, no una ruleta rusa", han señalado desde el consistorio.
Mientras tanto, en La Florida, algunos vecinos siguen limpiando hollín, ventilando la escalera y hablando del susto del miércoles. Y la testigo que vivió en primera persona la explosión ha lanzado una última reflexión: “No tengo nada contra los patinetes, pero cada vez me dan más respeto. O los controlamos, o acabarán explotando también en nuestras conciencias”, ha comentado con mucho tino. Esperemos que sus palabras no sean premonitorias. Porque dan miedo.