En respuesta a este reto alimenticio, la aprobación el pasado mes de abril del Real Decreto para el Fomento de una Alimentación Saludable y Sostenible en los centros educativos introduce novedades muy positivas al regular los menús escolares a partir de criterios nutricionales y de sostenibilidad. A partir de ahora, en esos comedores deberá darse prioridad a alimentos frescos y de temporada, se obliga al consumo de un mínimo de 45% de frutas y hortalizas o se prohíbe la venta de productos con algo contenido en grasas saturadas.
Por su lado, y ya desde el ámbito local, los municipios tampoco pueden permanecer al margen del grave problema de la mala alimentación infantil y juvenil. En Sant Boi ya hace tiempo que venimos impulsando actuaciones orientadas al consumo de productos frescos, locales y de temporada en una apuesta clara por la salud pública. En este sentido, se están realizando campañas en colaboración con los mercados municipales y con la Cooperativa Agrària de Sant Boi, así como talleres de cocina saludable y acciones diversas de concienciación y formación en hábitos alimentarios en el ámbito escolar.
Alimentar bien a nuestros niños y jóvenes no es un lujo, es una prioridad ética y política. Una ciudad saludable empieza en la infancia y se construye, bocado a bocado, sobre todo si son saludables. III