El último pleno del Consejo Metropolitano del Área Metropolitana de Barcelona (AMB), celebrado este martes, ha aprobado una subida del 2,9 % en la tarifa del agua potable para los 23 municipios servidos por Aigües de Barcelona, incluidos L'Hospitalet y las ciudades del Baix Llobregat a las que suministra el agua esta compañía. Aunque solo se traduce en 40 céntimos más al mes por hogar, el incremento ha generado una cierta preocupación entre los usuarios, según fuentes consultadas por El Llobregat, especialmente en un contexto de inflación creciente. A grandes rasgos, la subida promedio en función del número de miembros de cada familia abonada -siempre que no se sobrepasen los límites de consumo- quedará de la siguiente forma:
Hogar de 2 personas (consumo mensual 6 m³): 0,40 € × 12 meses = 4,80 € anuales
Hogar de 4 personas (consumo mensual 12 m³: 0,80 € × 12 = 9,60 € anuales
Hogar de 5 personas (consumo mensual 15 m³: 1,00 € × 12 = 12,00 € anuales
Según han explicado fuentes del AMB, la razón principal de la subida tarifaria para el prósicmo año es el encarecimiento del agua “en alta”: las empresas que distribuyen el agua pagan más por comprarla a la empresa pública catalana Aigües del Ter-Llobregat (ATLL), con un alza cercana al 7% para muchos municipios metropolitanos. Además, se ha reforzado un fondo para obras relacionadas con la sequía, que suma ocho millones de euros, de los cuales medio millón se cargará directamente sobre las tarifas domésticas. las mismas fuentes han precisado que también que la compañía ha invertido más recursos en mejorar la atención al usuario: gestión digital, sistemas de lectura y seguridad informática, entre otros.
El AMB ha querido dejar claro en un comunicado que no todo el mundo sufrirá por igual esta moderada subida en el suministro de agua. En 2026, se mantendrá un año más la tarifa social, y unas 70.000 familias (de los municipios abastecidos por Aigües de Barcelona) seguirán beneficiándose de ella. Estas unidades familiares no pagarán ni la cuota de servicio ni los primeros tramos de factura. Además, la tarifa está diseñada por tramos de consumo, y las familias numerosas (más de tres personas) tendrán una tarifa más baja por bloque, de forma que el coste sea proporcional a su uso.
Para una familia tipo —dos personas que consumen alrededor de 6 m³ al mes (unos 100 litros por persona al día)—, el aumento supone 0,40 € más al mes, lo que equivale a 0,80 € por factura bimestral. No es una cifra alarmante, pero no puede obviarse que en estos momentos muchos hogares metropolitanos ya sienten la presión económica sobrevenida de otros gastos crecientes, debido a la inflacción, y que se nota cada día más en el coste de la cesta de la compra.
Este ajuste tarifario coincide con un contexto de mayor preocupación por la sostenibilidad del ciclo del agua. Las sequías recurrentes, la gestión más eficiente y la inversión en infraestructura se han convertido en prioridades. Aigües Ter-Llobregat, por ejemplo, ha aumentado lo que cobra por agua a los distribuidores, lo que afecta directamente al precio final para el ciudadano.
Además, el AMB ha asegurado que seguirá invertiendo para garantizar que el suministro sea seguro y estable, especialmente en épocas de escasez hídrica. La subida no solo responde a costes operativos, sino también a la necesidad de preparar infraestructuras y servicios para un futuro más incierto, marcado por la amenaza del cambio climático.
Tras la aprobación de las tarifas, el siguiente paso que dará la administración metropolitana será comunicar de forma clara a la ciudadanía cómo funciona el sistema de tramos y quién puede acceder a la tarifa social. Desde el AMB se ha puesto el acento en que, aunque en 2026 el aumento es inevitable, se va a intentar que sea lo más justo posible, para que quienes más consumen (o más pueden pagar) asuman una parte proporcional del incremento tarifario y de esta forma no se penalice a las familias con menor renta.
En paralelo, el AMB ha aprobado también este martes un ambicioso plan urbanístico. Se trata de un plan especial para levantar unas 600 viviendas públicas de alquiler en dos municipios del Baix Llobregat (Sant Feliu de Llobregat y Santa Coloma de Cervelló) y también en Sant Adrià de Besòs (Barcelonès). Este plan forma parte del Plan 50.000 de la Generalitat de Cataluña, que busca construir 50.000 viviendas sociales antes de 2030.