El Llobregat

Miguitas de pan con Rosalía

EL PRISMA

Lluis M Estruch | Viernes 05 de diciembre de 2025
Acabará 2025 y en nuestra comarca, que se va aficionando a las grandes iluminaciones navideñas en muchas de nuestras ciudades, brillará de nuevo una mujer joven de un pueblo del interior: Sant Esteve Sesrovires. Aunque bien podrían ser también los brillos de todos estos nuevos cantantes locales que en cada pueblo o ciudad han surgido y se han apoyado: los “triunfitos” de la academia “Fame”, que se esfuerzan en conseguir el gran éxito.

Sin dar nombres ni presumir de ‘pantalleos’, trataremos de completar el misterio de una artista con sólidos cimientos. Rosalía, criada en una casa en pendiente que construyó su bisabuelo materno Lluís, un comerciante de granos, fabricante de piensos y avicultor. En suma, un negociante “fejocista”, padre de cuatro hijos y hermano mediano de un trío de rubios descendientes de tenderos y ganaderos. Pero sin ninguna pretensión clasista, honrados y cabales.

Lluís Tobella sufrió un incendio provocado por un peón caminero de la Diputación, quemándose todas las gavillas de trigo que le habían confiado para molerlas. Resarció a los perjudicados de su bolsillo y muchos años después ganó su reclamación ante el Supremo. Introdujo la gallina blanca americana en asociación con los Carulla y crió cerdos con una moderna granja porcina. La peste africana casi le arruinó, decía “Negoci de sang, negoci de fang”, pero levantó cabeza con negocios oportunos de transporte y alquiler de maquinaria agraria. Era hombre de palabra, con un apretón de manos en la Lonja de granos el trato se cerraba. Nunca falló a nadie. Enviudó temprano. Su hermano menor Jaume, fue un cura que reconcilió a las divididas gentes de Calafell tras la guerra civil, se le recuerda aún. Su hermano mayor Isidre, y ahora sus descendientes, regentan el antiguo comercio local. Para no entrar en pesadas genealogías, Lluís impulsó a su hijo Jaume, a emprender negocios de transporte y alquiler de máquinas agrarias en Cariñena (Aragón) y a su vuelta inició la aventura industrial de “Suprametal” de placas metálicas que desarrolló en familia con sus cuatro hijos. Solo su hija Pilar Tobella, se ha separado amistosamente de la sociedad que sigue funcionando sin afectarla las crisis.

Pilar Tobella, con su instinto comercia creo que heredado, ha sabido ser más que la típica madre de artista, es un referente estable para su bien dotada hija Rosalía, la cual lleva el nombre de su abuela materna, mujer de muy buena voz y mejor dicción, antigua miembro de una coral. El linaje materno catalán de Rosalía, sin ninguna duda, tiene la apertura generosa al mestizaje gallego-andaluz del padre, una situación muy frecuente en la Cataluña actual. Su padre J. M. Vila, divorciado mantiene un meritorio perfil bajo, en un pueblo de 8.000 habitantes que respeta la privacidad familiar. Al igual que pasó con la deseada y precoz maternidad de su otra hija Pili.

Rosalía ha estudiado, ha invertido tiempo y dinero, ha sufrido en mejorar sus aptitudes. Todo eso es sabido, pero los giros casi trianuales de su trayectoria artística,llevan de cabeza a muchos “entendidos”. Desde gitanos esencialistas del flamenco hasta catalanistas porque canta en castellano y arrastra también a la escolanía de Montserrat. Otras veces ha incursionado en temas trovadorescos, ha popularizado motivos pegadizos acompañados de poderosas coreografías y ha conocido los ritmos caribeños asentada (Covid-19) en la capital del exilio cubano: Miami.

Ha tenido diversas parejas, (malotes) a las que ha criticado por sus desatenciones y celos. No encuentra el “chico ideal” pero tal vez ya no existen. Sus actuaciones en directo cotizan cada vez más y este es el mejor registro para cualquier artista de mérito. Rosalía ha girado en “LUX” hacia esta poderosa onda espiritual tan feminista y actual, con música sinfónica, atuendos discretos y elogios del obispo Argüello. Victoria Cirlot y Blanca Garí, entre otras, explican la reclusión conventual -el beguinato- como un feminismo adelantado; sin familia, sin maridos, sin hijos, solo en la compañía amiga de la comunidad de monjas.

Alauda Ruiz de Azúa, en el film “Los domingos”, se abre a una poderosa reflexión sobre una chica de 17 años que decide postular en un convento. En “La llamada” de los Javis ya se daba una situación peculiar de dos chicas (17 años) en un campamento cristiano.

¿Rosalía ha elegido libremente, siguiendo una tendencia original, de retorno a ciertos valores no superados? Ella, vale decir, no es la única mujer artista del clan Tobella; hay una cantante de ópera, otra cantante de musicales, que son sus primas y hasta tiene una tía pintora. Lo suyo sobresale en cuanto a carisma personal y sobre todo en los aciertos electivos de cada viraje de su meditada carrera musical. Hoy, hay un poderoso trío de una madre y dos hijas; más los anónimos y acertados colaboradores que mantienen a Rosalía en el candelero, pero sin agotarla a ella ni a nuestra capacidad de asombro y emoción.

Vamos a cerrar el año 2025, un año con violencias bélicas, desgarros judiciales y en nuestra comarca unas obras interminables, con falta de viviendas y un aeropuerto de vuelos transoceánicos hacia el Asia aplazado de nuevo. Con más coches eléctricos, chinos y alemanes. Y pronto las músicas navideñas, que suprimidos los “villancicos”, serán del tipo anglosajón, con temas sosos y sin emoción. Propongo que se incorpore “LUX” al elenco habitual para animarnos estos días agitados y oscuros de la Navidad urbana. Y reconocer que Rosalía ha puesto en el mapa a esta pequeña población de Sant Esteve de Sesrovires, más conocida por su cárcel que por otra cosa.

Para Rosalía, Sant Esteve siempre será su “Macondo” particular , el punto de apoyo, tal vez su tabla de salvación en los momentos de tribulación. Es una justa compensación para un pueblo de reencuentro fácil de naturales y forasteros. Carla Simón ha dedicado sus films a sus veraneos y recuerdos en pueblos del interior catalán. Hoy es reconocida por ello, pero ¿sabrá dar una vuelta a esta temática? Y este es el asunto final, Rosalía tiene ya proyección mundial, su público es diverso y mudable ¿Podrá cumplir por muchos años sus osadas expectativas? De 2025 al 2030, seguro que sí. Ya ha dejado miguitas de pan para futuras sorpresas. III

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