El arte era solo una coartada. Ni siquiera una tentación para un marchante, un galerista o un entendido. Tres cuadros decorativos, aparentemente inofensivos, estuvieron a punto de convertirse hace unos días en una sofisticada vía de entrada de cocaína a España a través del aeropuerto de Barcelona–El Prat porque la droga parecía indetectable. La Policía Nacional destacada en las terminales pratenses y sus compañeros en Madrid ha logrado frustrar la operación y detener al presunto responsable cuando intentaba huir del país rumbo a Colombia desde el aeropuerto de Barajas.
La secuencia de los hechos comenzó en la Terminal 1 de El Prat, durante un control rutinario de pasajeros procedentes de Bogotá. Allí, los agentes se fijaron en un viajero que transportaba tres cuadros cuyo peso no guardaba relación alguna con su tamaño ni con las imágenes que representaban. Según han explicados este jueves fuentes de la Policía Nacional del aeropuerto barcelonés, durante la entrevista con los agentes “el pasajero ofreció respuestas incongruentes sobre el objeto de su viaje y el motivo de transportar cuadros tan pesados”, lo que despertó las primeras sospechas.
Las dudas y la estupefacción policial aumentaron al comprobar que los test rápidos de detección de drogas realizados en la aduana daban un resultado negativo. Sin embargo, la experiencia de los agentes jugó un papel clave. Pese a no hallar indicios claros en las pruebas preliminares, los investigadores no dudaron ni un momento que se encontraban ante un sistema de ocultación de narcóticos especialmente complejo, diseñado para burlar los controles habituales. Por ese motivo, decidieron intervenir los cuadros e informar al pasajero de sus derechos como investigado no detenido (por lo que continuó en libertad), a la espera del resultado de análisis más exhaustivos de las obras pictóricas.
El giro definitivo del caso llegó al día siguiente. Los tres cuadros fueron trasladados al Instituto de Toxicología y Ciencias Forenses de Barcelona, donde los peritos confirmaron lo que los reactivos no habían sido capaces de detectar: cocaína pero sí que la había. El informe toxicológico cualitativo fue concluyente. En el interior de las piezas pictóricas se ocultaban la friolera de 15 kilos de droga muy poco artística.
Según fuentes de la investigación, el método utilizado en este intento de entrada de droga por el aeropuerto de El Prat revela un salto cualitativo en las técnicas del narcotráfico. La cocaína no se encontraba en su forma más frecuente en los decomisos -en planchas o paquetes de un kilo perfectamente reconocibles casi a simple vista-, sino “oculta en una composición química inédita con base de cocaína bajo una gruesa capa de ‘epoxi’, una resina sintética de alta dureza y muy difícil manipulación”, según han detallads las mismas fuentes. Además, la coca “no presentaba el color blanco ni olor característico del alcaloide, sinoque la sustancia era dencolor negro y con una textura granulada muy fina”, han precisado los agentes, lo que explica que el compuesto no reaccionara a los reactivos de detección convencionales del aeropuerto.
Con la confirmación del hallazgo de la droga, el grupo de Policía Judicial del aeropuerto de El Prat activó de inmediato un dispositivo urgente para evitar la fuga del sospechoso. El temor era fundado: el investigado ya había iniciado su huida. Pero no consiguió zafarse. A las 12:55 horas del mismo día, el individuo fue localizado y detenido en el aeropuerto de Madrid-Barajas, justo cuando se disponía a embarcar en un vuelo con destino a Colombia.
La exitosa operación ha puesto de relieve la creciente sofisticación de las redes de tráfico internacional de drogas para ocultar la cocaína y la dificultad añadida que tienen los agentes policiales para detectar estas nuevas fórmulas de camuflaje. Y es que no se trata de un caso aislado. Los investigadores han recordado un precedente reciente en Brasil:. A mediados del pasado mes de noviembre, la Policía Civil de este país sudamericano aprehendió en una vivienda de lujo en la ciudad de Manaos cerca de 40 kilos de una sustancia similar, escondida en falsos fondos de cuadros y sillas, que tampoco reaccionó a las pruebas preliminares y solo fue identificada tras un segundo peritaje más especializado.
El detenido ha sido puesto a disposición del Juzgado de Instrucción de Madrid en funciones de guardia, y está acusado de un presunto delito contra la salud pública. Mientras tanto, los tres cuadros —que en realidad nunca estuvieron destinados a colgarse de una pared— han quedado como prueba para una curiosa exposición que nada tiene de artística, o tal vez un poco: el intento fallido de introducir cocaína de Barcelona “prácticamente indetectable” por una de las principales puertas de entrada aérea a España.