Cornellà presentó en la jornada ‘Fent Emprenedoria, Véns?’, organizada por el Centro de Empresas Baix Llobregat, la conocida como ‘Cuota cero’ que exime de pagar las tasas habituales a personas más jóvenes de 35 años, que pongan en marcha una nueva empresa. Para obtener la ayuda del consistorio, además del límite de edad, se tiene que estar empadronado en la ciudad y acreditar no haber estado dado de alta como autónomo en los últimos seis meses.
Si se cumplen estos requisitos, el Ayuntamiento concederà ayudas para sufragar impuestos como el IBI y el Impuesto de Construcciones, Instalaciones y Obras. Además, se cubrirá el 100% de las tasas como la recogida de residuos comerciales o industriales o la Tasa por la entrada de vehículos a través de las aceras, entre otras. Esta propuesta no va sola. Además de la ‘Cuota cero’, en el marco de la jornada se presentó también la denominada subvención 6+6 para promover la contractación de trabajadores menores de 35 años. El Ayuntamiento cubrirá los gastos de contractación durante los primeros seis meses con el compromiso, por parte de la empresa, de renovar al trabajador seis meses más.
A continuación, conocemos dos ejemplos de proyectos emprendedores con sede en la comarca a modo de reflexión sobre esta moda, quizá coyuntural, de la auto-ocupación: Son Aparentia, de Álvaro Ulldemolins, y Trabber.com de Oscar Frías y Daniel Katime.
Álvaro Ulldemollins, creador de Aparentia
“Si tienes una buena idea y aportas algo diferente, el dinero viene. Hay inversores”
Entre la fascinación y la perplejidad de poder ver cómo queda el parquet en el suelo de la redacción o experimentar las sensaciones de tirarse en paracaídas; entre esto, y el miedo al futuro, solo puede haber algo en común: el avance imparable de la tecnología. Aparentia es la compañía que ha creado Álvaro Ulldemolins (1977), vecino de Cornellà de Llobregat y licenciado en Multimedia, después de dejar su anterior trabajo para emprender, inquietud que ya hacía años que arrastraba.
La joven empresa Aparentia nace en 2013, con sede en Cornellà, y trabaja dos pilares básicos: la realidad aumentada y la realidad virtual. En el primero de los casos, tal y como explica Álvaro, la evolución de la tecnología y de los hardware permite “mostrar en un smartphone o tableta una imagen bidimensional o en 3D o incluso vídeos, a partir de una imagen codificada que puede ser un catálogo, la portada de un libro, una entrada…”. Las posibilidades que ofrece son infinitas: “Nosotros queremos apostar, más allá del entretenimiento, por la tecnología que te reduce los costes, que te aporta un beneficio o un valor añadido, por ejemplo, al marketing de la empresa”, explica el creador de Aparentia.
La compañía es pionera en este tipo de tecnología que justo ahora empieza a abrirse camino. Este desconocimiento e, incluso, esta desconfianza a lo desconocido por parte de sus potenciales clientes, es la mayor dificultad con la que se está topando Álvaro: “Tenemos que hacer mucha tarea pedagógica, explicando para qué sirve, en qué puede beneficiar. Más que nada explicar que esta tecnología existe, ofrecer todo lo que se puede hacer y, sobre todo, que no es tan caro”. Y reconoce: “Al desconocer esta tecnología les cuesta una barbaridad apostar por ello. Siempre quieren (los clientes) tener otra empresa en donde compararse. A veces, ni gratuito”. Es el miedo al futuro, miedo que no tuvo Álvaro Ulldemolins al dejar su anterior trabajo, para emprender y apostar por el autoempleo. “La inquietud existía desde hace ya bastante tiempo y cuando llegó la realidad aumentada y la virtual, sí que vi que tenía que estar ahí”, explica Álvaro. Y es que, seguramente, hay más opciones que nunca para emprender. Aparentia es un claro ejemplo de éxito del ‘coworking’, un nuevo método en donde diferentes profesionales comparten tareas y conocimientos para sacar adelante sus respectivos proyectos. Una prueba de que la financiación no tiene por qué ser lo más importante: “Dependiendo del tipo de proyecto, el dinero no es tan importante. Si la idea es buena, la has trabajado y ves que estás evolucionando algo, el dinero llegará por algún sitio. Hay inversores”, añade Álvaro, reconociendo que es una opinión muy personal.
Con esta idea de evolucionar, Aparentia apostó por la realidad virtual. “Se han corregido cosas como el peso o la latencia de las gafas y por ello hemos apostado por esta tecnología. De momento, nos ha salido muy bien”. Aparentia está presente, de la mano de la Agencia Catalana de Turismo de la Generalitat, junto con la empresa Identitat, en las diferentes ferias de turismo ofreciendo un mundo virtual, 360 grados, y con una realidad suprema. Aparentia presenta, de momento, tres demos (vivir los ‘Castellers’ en Montserrat, tirarse en paracaídas y estar en la grada del Camp Nou en un Barça-Madrid) con este tipo de tecnología que va en auge y que Aparentia no se quiere perder, cuando está a punto de cumplir los dos años de existencia.
Oscar Frías, creador de trabber.com
“Emprender no es fácil. Tiene que ser una cosa muy pensada”
Desde Cornellà y abierto al mundo, Trabber.com es un comparador de vuelos que ha ido creciendo, desde 2006, hasta llegar a siete países de Sudamérica. De la mano de Oscar Frías y Daniel Katime el proyecto, con base en la comarca, se fue gestando hace más de una década por las inquietudes de sus dos socios en un proceso que no fue para nada fácil. Oscar Frías, quien estuvo presente en la Jornada del Emprendedor organizada por Procornellà el pasado día 20 de marzo, ha querido compartir con El Llobregat su experiencia como emprendedor, una etiqueta que le ha venido y con la que consiguió incluso, en año 2007, el conocido en el Baix Llobregat Premi Delta a las Mejores Iniciativas Empresariales.
“Es un buscador que permite -con una sola búsqueda- encontrar todo lo que ofrecen las webs de reservas de vuelos, de hoteles y de coches de alquiler. Nosotros no vendemos, sino que cuando tu haces la búsqueda, vamos automáticamente a cada una de las páginas webs, extraemos la información y la mostramos en una única página en donde puedes comparar todo lo que se ofrece”. La diferencia básica de Trabber.com es que muestra desde el primer momento el precio final teniendo en cuenta el recargo de maletas u otros elementos como descuentos o pago con tarjetas.
Para llegar a este formato con este valor añadido que les ha permitido tener un modelo de negocio, fueron necesarios tres años de pruebas y cambios que iban aplicando por las tardes y noches después de acabar la jornada del antiguo trabajo en donde se conocieron. “La primera idea relacionada fue en 2003, cuando creamos un buscador de vuelos pero a través de un servicio de SMS Premium. Fue muy complicado, no funcionó porque no era práctico”, explica Oscar Frías, sonriente, al comparar aquel embrión con el actual portal web. Sin embargo, de aquella pequeña inquietud común con su socio se fue evolucionando gracias a un motor de búsqueda de una empresa para agencias de viajes. “Comercialmente no funcionó la relación con esta empresa y en 2005 decidimos abrir el comparador a todo el mundo. Ya en el 2006 vimos que podía funcionar como modelo de negocio”. Oscar Frías reconoce que nunca se había planteado emprender. Una particular necesidad personal, sumada a la inquietud de este joven ingeniero de telecomunicaciones e informático, hizo el resto. “Cada vez que quería viajar tenía que ir en ese momento web por web de bajo coste para ver cuál tenía la opción que interesaba. Era una cuestión de tiempo y dinero, porque no siempre aciertas, y pensamos que más gente podía tener el mismo problema. El hecho de que sea una necesidad personal tuya hace que el problema sea real. Muchas veces si teorizas sobre un producto o un posible mercado que crees que puede interesar, si no es algo que conoces de cerca, es muy fácil equivocarte. En cambio, si es un problema que tienes tu probablemente lo tenga mucha gente”. Frías y Katime acertaron y aplican este planteamiento para la evolución de la empresa.
En el momento de la creación de Trabber.com no había petado Lehman Brothers. Desde la crisis, el fenómeno emprendedor se ha ido poniendo de moda, hasta el punto que parece, o así nos lo hacen ver, la única salida. “Por un lado, aquí en España tenemos una visión muy dramática del concepto de emprender. Parece que arriesgamos nuestro matrimonio, nuestra casa. Pero tampoco es fácil. Nosotros teníamos la tranquilidad de tener nuestro trabajo. Pero no seré yo quien le diga a una persona, vamos, prueba a ver. No es fácil, tiene que ser una cosa muy pensada”.
La cuestión de la financiación es un hándicap siempre importante. En este sentido, el sector de la informática –como estamos viendo con las start up- se escapa por la posibilidad de producir sólo con un ordenador y sin grandes costes. Hacen falta los conocimientos que, en algunos casos, se pueden conseguir también a través de la red. Y el otro, la burocracia. “Yo que soy muy valiente, pensé en crear la empresa solo. Sin gestoría. Y tuve que ir a seis sitios diferentes unas diez veces. Todo lo que sea simplificar es bueno”, sentencia Frías.