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Opinió

Desvirtuar el matrimonio

Por Mossèn Xavier Sobrevía
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
El Tribunal Constitucional ha aceptado, después de siete años de espera, la reforma que hizo Zapatero del Código Civil sobre el matrimonio entre personas del mismo sexo.

La reforma modificó 16 artículos del Código Civil para sustituir los términos “marido” y “mujer” por el de “cónyuges”, y las palabras “padre” y “madre” por “progenitores”. Además, amplió el artículo 44 diciendo: “El matrimonio tendrá los mismos requisitos y efectos cuando ambos contrayentes sean del mismo o de diferente sexo”.

La sentencia, según fuentes judiciales, dice que la Constitución se redactó en 1978 y la sociedad española ha evolucionado y el concepto de matrimonio también, que se debe dar respuesta a las exigencias de la sociedad actual y, además, considera que hay que hacer una interpretación evolutiva de la Constitución. Con ello se está diciendo que a la Carta Magna se le puede hacer decir lo que nos plazca. Más justo sería reformar la Constitución y no forzar su interpretación, cayendo en unos argumentos que pueden servir para justificar cualquier cosa.

Cuando el Partido Popular, en el año 2005, interpuso el recurso de inconstitucionalidad decía que se desnaturalizaba “la institución básica del matrimonio”. Las declaraciones del Ministro de Justicia, al conocerse la sentencia, sorprenden y alarman. La pobreza del argumento es lamentable. Según el ministro Ruiz-Gallardón: “El PP lo que hará será, acatando la sentencia del Tribunal Constitucional, no modificar la vigente ley y, por lo tanto, dejar exactamente, en la regulación que el Tribunal Constitucional ha validado, la normativa que afecta al matrimonio entre personas del mismo sexo”.

Es conocido que la constitucionalidad de una ley no garantiza que sea buena. Cualquier gobierno tiene que hacer leyes buenas dentro del marco legal que marca la Constitución. Pero puede haber leyes constitucionales que no favorezcan el bien común, ni la familia, ni la sociedad, ni el bienestar, o que manipulen la realidad.

Daniel Arasa, presidente del Grup d’Entitats Catalanes (GEC) de la Familia, ha manifestado que “Ahora el Tribunal Constitucional ratifica una falsificación social. Se hace ingeniería social, cambiando la naturaleza de las cosas, porque desvirtúa lo que es de verdad el matrimonio”.

Podemos inventarnos la realidad y considerar que cada individuo puede determinar su sexualidad como le da la gana. Loca consideraríamos a una persona que se invente la realidad, sin embargo, en el ámbito de la sexualidad, parece que eso es posible. No obstante, la realidad es “tozuda“ y para el bien de la vida es necesario que reconozcamos las cosas como son. Se intentar desvirtuar lo que es un matrimonio, pero siempre será la unión libre de un hombre y una mujer para toda la vida que tienen una predisposición a tener hijos y a educarlos. La convivencia de dos personas que se tienen afecto no basta. ||
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