Opinió
Magia
miércoles 23 de julio de 2014, 13:48h
Saluf un senegalés con poderes mágicos era ya viejo. Recordaba con sus amigos de S. Boi que un día ventoso la techumbre de la nueva piscina municipal, voló y hubo que reconstruirla.
El concejal de deportes muy campechano les calmó: “Cosas que pasan…”
La constructora culpable, licitaba barato y escatimó.
Saluf muy sufrido lo entendió. Ya rehecho el tejado el edificio mal diseñado provocaba choques entre los usuarios. La piscina perdía agua y los dosificadores de cloro fallaban. El gimnasio era nevera y horno según la hora. Hubo que repararlo todo, la constructora había quebrado.
Saluf un molof hábil en regateos, lo entendió al fin: Pequeñas constructoras licitaban bajo precio, ganaban el concurso o se lo adjudicaban directamente. Después recortaban costes en la ejecución y acabados. Saluf muy deportista observó la proliferación de precarias instalaciones deportivas por todo el pueblo. Con retrasos en las entregas, fallos funcionales, incidentes y accidentes casi siempre.
Saluf resignado y hasta agradecido se decía: “cosas que pasan…”
Un mal día un viento muy fuerte arrasó un túnel de bateo donde unos niños inocentes entrenaban al béisbol hubo: 4 muertos y 9 heridos.
Se celebró un gran juicio y en el fallo una vez más la sensación de grave injusticia y de salvamento de los culpables.
Saluf un duro africano avezado a formas más expeditivas se sorprendió aún, esto no ocurría en el lejano Senegal sino en una ciudad del sur de Europa: S.Boi. ||