Por la paz en Síria

Durante el Ángelus del domingo 1 de septiembre el papa condeno la guerra: “Queremos un mundo de paz, queremos ser hombres y mujeres de paz, queremos que en nuestra sociedad, desgarrada por divisiones y conflictos, estalle la paz; ¡nunca más la guerra! ¡Nunca más la guerra!”. Después dijo que “he decidido convocar en toda la Iglesia, el próximo 7 de septiembre, víspera de la Natividad de María, Reina de la Paz, una jornada de ayuno y de oración por la paz en Siria, en Oriente Medio y en el mundo entero, y también invito a unirse a esta iniciativa, de la manera que consideren más oportuno, a los hermanos cristianos no católicos, a los que pertenecen a otras religiones y a los hombres de buena voluntad.” Una convocatoria universal que ha sido acogida y apoyada por numerosas personalidades, entre ellas destaca el Gran Mufti de Damasco, líder espiritual de los sunís en Siria. El papa considera que “la humanidad tiene necesidad de ver gestos de paz y de oír palabras de esperanza y de paz.” Por ello pidió que todas las iglesias organizaran algún acto con esta intención. Así, en la iglesia de Santa María de Castelldefels, ese día, se hizo una vigilia de oración a las nueve de la noche que fue muy participada. El papa Francisco es atrevido porque en su cuenta de twitter, desde el primero de septiembre, todos los días ha escrito una frase en contra de la guerra o a favor de la paz El papa es atrevido porque ha enviado un mensaje al presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, que presidía esos mismos días en San Petersburgo la reunión del G-20. El grupo de países con las economías más potentes del mundo y que se están alineando mayoritariamente con los EEUU. La plaza de San Pedro, desde la mañana del 7 de septiembre, se fue llenando para participar en una de las vigilias más largas, desde las 19 a las 23h. Muchas eran las personas que se querían confesar con alguno de los 50 sacerdotes instalados bajo las columnatas. Pues Francisco querido facilitar especialmente ese sacramento porque “la verdadera paz nace del corazón del ser humano reconciliado con Dios y con sus hermanos”. El papa sigue siendo atrevido cuando explica, a todos los reunidos, que “Dios pregunta a la conciencia del hombre: «¿Dónde está Abel, tu hermano?». Y Caín responde: «No sé, ¿soy yo el guardián de mi hermano?» (Gn 4,9). Esta pregunta se dirige también a nosotros, y también a nosotros nos hará bien preguntarnos: ¿Soy yo el guardián de mi hermano? Sí, tú eres el guardián de tu hermano. Ser persona humana significa ser guardianes los unos de los otros. Sin embargo, cuando se rompe la armonía, se produce una metamorfosis: el hermano que deberíamos proteger y amar se convierte en el adversario a combatir, suprimir. (…) También hoy nos dejamos llevar por los ídolos, por el egoísmo, por nuestros intereses; y esta actitud va a más: hemos perfeccionado nuestras armas, nuestra conciencia se ha adormecido, hemos hecho más sutiles nuestras razones para justificarnos. Como si fuese algo normal, seguimos sembrando destrucción, dolor, muerte.”||