Mártires del siglo XX, testimonios de la fe firmes y valientes

El domingo 13 de octubre se ha celebrado la beatificación de 522 mártires del siglo XX en España. Casi 250 murieron en Cataluña y de la archidiócesis de Tarragona son 147. Entre ellos están el obispo auxiliar de Tarragona, 66 sacerdotes diocesanos, 2 seminaristas, 20 monjes de Montserrat, 39 Hermanos de las Escuelas Cristianas, 7 Carmelitas Descalzos, 7 Claretianos, etc.

El papa Benedicto XVI, con motivo del año de la FE, escribió: “Por la fe, los mártires entregaron su vida como testimonio de la verdad del Evangelio. Un Evangelio que los había transformado y ahora eran capaces de decir sí hasta el don de la vida. Fueron mártires durante la persecución religiosa de los años treinta del siglo XX y aún viven muchas personas que los conocieron. Y será la beatificación más numerosa que se ha hecho en toda la historia de la Iglesia.

Fueron mártires porque murieron perdonando. Perdonando a su perseguidores y asesinos. La Iglesia, al reconocerlos y recordarlos, celebra su fortaleza y como fueron capares de abrirse a la acción del Espíritu Santo para poder hacer lo que era mejor. Especialmente, cuando se aproximaba la hora de su muerte, acudieron al espíritu Santo y se dejaron guiar por su Espíritu.

En la tradición cristiana se ha considerado que un “mártir” era una persona que moría por su fe. En muchas veces consideramos “mártir” a los mártires cristianos de los tres primeros siglos. Sin embargo, ha habido más mártires cristianos en el siglo XX que en el conjunto de los diecinueve siglos anteriores. Y en nuestro siglo XXI siguen las persecuciones religiosas.
La Iglesia, celebrando su recuerdo y acogiéndose a su protección, quiere ser siempre sembradora de humanidad. Una humanidad desorientada por la crisis moral, económica, social y religiosa donde crecen los enfrentamientos y las tensiones. Se ha hecho en Tarragona porque muchos de esos mártires están vinculados a la ciudad. Tarragona tiene una gran historia de fe cristiana y martirial, porque los primeros mártires en Hispania fueron el obispo de Tarraco Fructuoso y sus dos diáconos Augurio y Eulogio, quemados vivos en el anfiteatro de la ciudad en la persecución de Valeriano y Galieno el 21 de enero del año 259.

Una ceremonia de beatificación es una gran manifestación de fe. La certeza de que están en el paraíso, de que han llegado a la meta, puede dar un impulso potente a cualquier vida cristiana. Especialmente para que sepamos dar testimonio de la fe y el amor a Cristo, sabiendo perdonar a los enemigos como él hizo desde la cruz.

Son unos ejemplos muy cercanos, tanto en el tiempo como en la distancia. Unos ejemplos que siempre nos han de ayudar a buscar la verdad, la reconciliación, la paz y la concordia.||